Contigua a la calle Jaúregui se halla la Plaza de Jerónimo de Córdoba, llamada antiguamente igual que aquella vía durante muchos años, hasta 1943, momento en que oficialmente cambió a su actual nombre. En su cercanía se rememoran los nombres de Cine Villasol o Cine Jaúregui, lugar éste donde pasó sus últimas horas Blas Infante. Lugares también recordados por su aportación a la Historia de la cinematografía sevillana, como también lo fue el Rialto.
Teniendo casi a la vista el Colegio de los Escolapios, el 25 de enero de 1946, fue inaugurado, ocupando la parte de baja de un edificio de 1930, el Cine Rialto, empresa de Francisco López Gaviño, tal como lo indicaban El Correo de Andalucía de aquel día y la Guía Gómez Zarzuela para Sevilla y Provincia. El Plano Urbanístico de aquel año ya lo mostraba:
Con suelo y entresuelo, el aforo de la sala rozaba el millar de espectadores, funcionando como sala de estreno. Eran tiempos en que al algunos cines "sólo les faltaba hablar", pues a la intensa actividad que ejercían ( teatros, actos de sociedades y benéficos, etc ) se les sumaba la decoración exterior, algo que parecía darles vida, mediante la colocación de murales pintados con dibujos de la película que se proyectaba. Abajo, Cine Rialto, en los años 60, seguido de una escena cotidiana en un taller de dibujos para portadas:
Da la impresión que el Rialto siempre fue muy cuidadoso y detallista con su clientela. Algunas imágenes de programas de la época así nos lo demuestran, como este troquelado o unos programas de Concha Piquer y de Maruja Díaz con Tony Leblanc:
En 1972 el Rialto fue objeto de una extensa reforma y una nueva dirección, previas tal vez para afrontar los cambios que se avecinaban. En 1981 se optó de nuevo por cambiar el formato, convirtiéndose, al igual que otros como el Victoria, en Rialto Multicines (abriendo desde por la mañana) o Novo Rialto, cambio este último que advertí allá por el año 1986. A su lado, por aquellas fechas, estuvieron la discotecas Contrapunto y Figúrate, por mencionar algunas que recordamos, donde acudíamos muchos jóvenes de entonces. Todavía estaba abierto Electrofuentes, aquella tienda de electrodomésticos que casi lindaba con el cine....
Lo cierto, es que el que fue magnífico cine sevillano, aguantó, parece ser, hasta 1998, no dando más de sí. Como sabemos, un supermercado ocupa aquella superficie, aunque la parte superior del edificio aún evoca otro tiempo. Aún así, todavía deben quedar taxistas en el gremio que si les dices: "¿ me puede llevar a la Plaza Rialto ?" seguro que te dejan allí, por donde están el Hotel Don Paco, el Estanco, y el Quitapesares del difunto Peregil.
Teniendo casi a la vista el Colegio de los Escolapios, el 25 de enero de 1946, fue inaugurado, ocupando la parte de baja de un edificio de 1930, el Cine Rialto, empresa de Francisco López Gaviño, tal como lo indicaban El Correo de Andalucía de aquel día y la Guía Gómez Zarzuela para Sevilla y Provincia. El Plano Urbanístico de aquel año ya lo mostraba:
Con suelo y entresuelo, el aforo de la sala rozaba el millar de espectadores, funcionando como sala de estreno. Eran tiempos en que al algunos cines "sólo les faltaba hablar", pues a la intensa actividad que ejercían ( teatros, actos de sociedades y benéficos, etc ) se les sumaba la decoración exterior, algo que parecía darles vida, mediante la colocación de murales pintados con dibujos de la película que se proyectaba. Abajo, Cine Rialto, en los años 60, seguido de una escena cotidiana en un taller de dibujos para portadas:
Da la impresión que el Rialto siempre fue muy cuidadoso y detallista con su clientela. Algunas imágenes de programas de la época así nos lo demuestran, como este troquelado o unos programas de Concha Piquer y de Maruja Díaz con Tony Leblanc:
Lo cierto, es que el que fue magnífico cine sevillano, aguantó, parece ser, hasta 1998, no dando más de sí. Como sabemos, un supermercado ocupa aquella superficie, aunque la parte superior del edificio aún evoca otro tiempo. Aún así, todavía deben quedar taxistas en el gremio que si les dices: "¿ me puede llevar a la Plaza Rialto ?" seguro que te dejan allí, por donde están el Hotel Don Paco, el Estanco, y el Quitapesares del difunto Peregil.
Pues ers uno de mis cines favoritos, lo recuerdo muy bien.
ResponderEliminarMe has traido a la memoria muchos recuerdos de mi niñez y juventud...de hace "taítantos" años, luego entonces, hace todo ese tiempo.
¿Dónde "bicheas" para encontrar esas imágenes tan extraordinarias con lo que complementas los documentos?
Eres un águila, ¡Menuda vista tienes!
Gracias mil por todo esto, Rafael, es impagable.
Un abrazo.
¡ Hola, Mari Carmen ! La cuestión es poder dedicarle tiempo a estas cosas, algo que afortunadamente aún puedo. No se trata de buscar en internet siempre, sino también de mucho "trabajo de campo" ( como diría mi amigo Juan Antonio ), de ir a sitios y también hablar con la gente; sabiendo que hay personas reacias a colaborar, o bien las que atienden cordialmente y luego va pasando el tiempo y parece que se les olvida enviarte el material. Eso último me ha pasado muchas veces y, creeme, me es doloroso, porque no me gusta insistir.
ResponderEliminarPues en lo que a mí respecta, si en algo puedo ayudarte alguna vez, no te prives de pedirlo, Rafael.
ResponderEliminarEntiendo que el blog es una fuente de enriquecimientos mutuos y se coplementan, es unos de los fines que yo creo que tiene.
AVISO: no soy muy versada en estas cosillas, pero ahí estamos, procurando avanzar aprendiendo con la ayuda y ánimos de mis seguidores.
Abur.
Y una pequeña cafeteria en la parte izquierda según se mira que abria hasta altas horas de la madrugada, y que regentaba, si no mal recuerdo, un tal Silverio. Tambien cerró al mismo tiempo que el cine. Yo, con lo mío, con los bares. Enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarGracias por el apunte, José Luis. Lo cierto es que, quizás, entre la edad que tuve en aquel entonces ( en los 80 ) y que no era muy de detenerme en los bares, no me viene a la mente el establecimiento que mencionas. Sin embargo el nombre de Silverio me viene muy a la memoria - algo así como un rápido cliché, pero nada más -, como alguien que sí, que tuvo algo que ver con algún bar como regente o dueño; quizá fuera en otro sitio, el mismo, u otro hombre, independiente o no de quien has mencionado.
EliminarUn cordial saludo y gracias por pasarte por aquí.