Continuamos con la segunda parte dedicada a la Historia de la Plaza de la Magdalena, lugar este en el que se llegaron a ubicar diversas casas-palacio que embellecieron y dieron esplendor al entorno, hasta que a partir de la década de 1960 comenzaron a ser derribadas como consecuencia de una especulación desmesurada e ilimitada, auspiciada por continuos planes urbanísticos que rompieron lo valioso y lo tradicional, sustituyéndolo por lugares y construcciones de un altísimo valor impersonal. Hoy en día, salvo alguna mínima excepción, sólo quedan recuerdos de lo que allí hubo, olvidados en las hemerotecas; viejos papeles y fotografías de un pasado irrecuperable.
En la postal a color de abajo, tal vez de a principios del Siglo XX, vemos el Grand Hotel de París, edificio que convivió junto al del Hotel Madrid o las casas del Marqués de Aracena y de la familia Robledo:
Construido en la segunda mitad del siglo XIX, se asentaba en la fachada este de la plaza, comunicando a la calle Murillo (donde recientemente estuvieron las tiendas Springfield y Milano, mas el tramo donde se halla la Caja Rural, para mejor información del lector), Pedro Campaña y Santa Justa (la callecita estrecha que desemboca a San Pablo). Los primeros residentes de la casa pertenecían a la familia Conde Luque, para, posteriormente, ya en el pasado siglo, pasar a manos de las sagas González Abreu y Sánchez Dalp; figurando entre la última de ellas Francisco Javier Sánchez Dalp y Marañón, el Marqués de Aracena. Sin duda, la imagen nos traslada a un tiempo cercano a su demolición: 1966, año en que Félix Moreno de la Cova sucedió a José Hernández Díaz en la Alcaldía de la ciudad. Pese a todo, el edificio se hallaba en un estado aceptable, pero fue vendido a una inmobiliaria sin oposición alguna. Observen la preciosidad de la construcción, mezclándose la sobriedad con el clasicismo, de signo decimonónico. En el margen de la derecha, la también desaparecida Casa Robredo, junto al Callejón de los Pobres; mientras que a la izquierda se atisba parte del edificio conocido como Cabo Persianas.
En la postal a color de abajo, tal vez de a principios del Siglo XX, vemos el Grand Hotel de París, edificio que convivió junto al del Hotel Madrid o las casas del Marqués de Aracena y de la familia Robledo:
I ) CASA-PALACIO DEL MARQUÉS DE ARACENA:
Construido en la segunda mitad del siglo XIX, se asentaba en la fachada este de la plaza, comunicando a la calle Murillo (donde recientemente estuvieron las tiendas Springfield y Milano, mas el tramo donde se halla la Caja Rural, para mejor información del lector), Pedro Campaña y Santa Justa (la callecita estrecha que desemboca a San Pablo). Los primeros residentes de la casa pertenecían a la familia Conde Luque, para, posteriormente, ya en el pasado siglo, pasar a manos de las sagas González Abreu y Sánchez Dalp; figurando entre la última de ellas Francisco Javier Sánchez Dalp y Marañón, el Marqués de Aracena. Sin duda, la imagen nos traslada a un tiempo cercano a su demolición: 1966, año en que Félix Moreno de la Cova sucedió a José Hernández Díaz en la Alcaldía de la ciudad. Pese a todo, el edificio se hallaba en un estado aceptable, pero fue vendido a una inmobiliaria sin oposición alguna. Observen la preciosidad de la construcción, mezclándose la sobriedad con el clasicismo, de signo decimonónico. En el margen de la derecha, la también desaparecida Casa Robredo, junto al Callejón de los Pobres; mientras que a la izquierda se atisba parte del edificio conocido como Cabo Persianas.
II ) EL GRAN HOTEL DE MADRID
Otro de los emblemáticos edificios colindantes a la Plaza de la Magdalena, fue el Gran Hotel de Madrid., que se asentaba justo entre Méndez Núñez, Ciriaco Pacheco, San Pablo y Moratín. Construido en las primeras décadas del Siglo XIX, fue pionero en el sector hotelero, llegando a ostentar mayor antiguedad que el mismísimo Hotel Inglaterra (1857). Lugar en el que se hospedaban las clases altas y burguesas, y donde también se entablaban tertulias taurinas y deportivas, celebrándose asimismo fiestas y acontecimientos. Disponía de una dotación de doscientas habitaciones y demás dependencias. La riqueza existente en el edificio era extraordinaria, poseyendo azulejería del XVIII y XIX, superficies de mármol o deslumbrantes yeserías. Un auténtico lujo para los sevillanos que duró más de cien años.
Diversas dependencias del Gran Hotel de Madrid, imágenes pertenecientes a fotopostales: 1) Comedor principal, decorado mediante azulejos del XVIII, artesonados de madera de gran calidad, yesos, etc. 2) Entrada a la escalera principal. Observen la belleza de los arcos enriquecidos con molduras. 3) Gran patio central, uno de los cinco patios existentes, techado con una cristalera, rodeado por arcos y con una exuberante vegetación. 4) Salón de la Serre. Poseedor de un mobiliario exquisito y muy ornamentado. El "horror vacui" era una tendencia que se aplicaba en este magnífico hotel:
A finales de 1967 el Hotel Madrid cerró sus puertas y fue demolido en 1971 para que en su lugar se izase el edificio de la firma comercial Galerías Preciados (hoy Corte Inglés), como segundo almacén de la misma empresa en la zona de la Magdalena, ya que el primero (también del Corte Inglés hoy en día) fue construido en 1959 a cambio de derribar toda una manzana de edificios, incluyendo el del Hotel de París. Abajo, el Hotel Madrid poco antes de su destrucción:
En la próxima entrega finalizaremos este dossier acerca de la Plaza de la Magdalena y del entorno desaparecido, algo que jamás debió suceder pero que gracias a los intereses especulativos y económicos que imperaron en la Sevilla de aquellos años, enmedio de la dictadura, difícilmente se pudo evitar.
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