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martes, 5 de junio de 2012

La Plaza de la Magdalena (III): Otros edificios

LA PLAZA DE LA MAGDALENA: OTROS EDIFICIOS

Con este bloque finalizamos el repaso a los edificios ubicados en el entorno de la sevillana Plaza de la Magdalena, mencionando no sólo los desaparecidos, sino también lo que aún resta de otra época. Para mayor conocimiento del lector, podría no estar de más el revisar los anteriores dos capítulos dedicados a la plaza, en los que dedicamos espacio a edificios notables como el Gran Hotel de Madrid (hoy Corte Inglés de San Pablo) o la casa-palacio del Marqués de Aracena / Sánchez-Dalp (donde estuvo la tienda Springfield); lugares derribados gracias a la desafortunada intervención de las políticas urbanísticas aplicadas por los principales dirigentes de la ciudad en tiempos de la Dictadura del General Franco.

Abajo, imagen de la Plaza del Pacífico (actual Magdalena), obtenida de una postal que bebió posíblemente de una fotografía realizada a finales del Siglo XIX. Es el sector sur de la zona, destacando el Gran Hotel de París -según miramos de frente, a la derecha-, que fue tal vez una construcción realizada en la segunda mitad del siglo antes mencionado. Se ubicaba en la confluencia de las calles O´Donnell - José de Velilla Observamos los carruajes parando por el lugar, una calle por donde circularía el tranvía años después.

Aunque conocemos bien poco del Hotel París, sí sabemos que mantuvo cierta rivalidad (en el sentido del esplendor) con el Hotel Madrid y que fue lugar de hospedaje habitual para huéspedes relacionados con el mundo de las letras y del espectáculo. Tras su cierre, gran parte de su fachada original se conservó, pero el edificio pasó a ser sedes sindicales y del Movimiento tras la Guerra Civil.

En la segunda mitad de los años de 1950, el edificio fue derribado por la piqueta; en su lugar , en 1959, se levantó una construcción perteneciente a los almacenes comerciales Galerías Preciados, que ya sabemos fueron adquiridos hace unos años por la firma de El Corte Inglés.

En la misma imagen de arriba, otra construcción sobresale a nuestra izquierda, que la segunda década del Siglo XX sirvió como sede de la Compañía Telefónica. El edificio quizá fuera construido en el XVIII, pero fue demolido a finales de 1970, igual que el resto de casas que conformaban el Callejón de los Pobres (lugar al que le dedicamos un espacio en la primera de las tres entregas dedicadas al entorno de la Plaza de la Magdalena).

Otra casa que fue destruida, en concreto, a finales de los 70, fue "Casa Robledo", mansión situada en el Nº 2 de la calle Murillo. Elevada a fines del XVIII por el marqués de Parada pasó a propiedad de José Luis Robledo, procedente de Aracena. Su interior estaba decorado con una sala tipo Luis XV, azulejería trianera del XVIII, mármoles de Carrara, ricas yeserías y artesonados, maderas nobles, etc.

En aquella casa se halló durante años una lápida-placa en la que se recuerda que en aquel lugar donde se encontraba la primitiva iglesia de la Magdalena, y estuvieron los restos mortales del insigne imaginero Martínez Montañés. En la primera toma de abajo, a la izquierda, la Casa de Robledo, -que hemos rotulado en rojo,- figurando en la fachada, -marcada también en rojo- a la derecha, vemos la placa, que fue trasladada al edificio de El Corte Inglés -segunda foto de abajo-; y a la izquierda de éste, al fondo, parte del edificio que ocupa el lugar del que tratamos anteriormente, ahora sede de una conocida entidad bancaria:


Otro grupo de casas derribado a finales de los 70, fue el que se hallaba frente a las antiguas Galerías Preciados (Corte Inglés San Pablo actual) y esquina Méndez Núñez, que al parecer pudieron ser del Siglo XIX. En una de las fachadas vemos que la Plaza todavía se rotulaba del "General Franco", (hasta 1980) justo al lado de la vieja Tintorería Larios. 


EL "CABO PERSIANAS", LO ÚLTIMO QUE QUEDA:

El derribo de edificios singulares de la arquitectura sevillana, como venimos diciendo, destacó dentro de una dinámica que comenzó muy a finales de los años de 1950 y que continuó hasta bien entrado los años 70. Sin embargo, también hubo otros periódos puntuales en la Historia de nuestra ciudad que si bien nuestra página de momento no se encarga de ellos, sí formaron un nexo importante que sirvió para comprender, en este caso, la evolución urbanística de la Plaza de Magdalena hasta nuestros días. Sirva para ello, el hecho de que entre 1937 y 1938 el Consistorio aprobó la decisión de generar el ensanche de San Pablo hacia Magdalena, acabando de esta manera con el tradicional Callejón de San Pablo, formado en principio por el Hotel Madrid y la casa de la familia Mariani, la cual se hallaba justo delante de la residencia del Marqués de Aracena (mencionada en la II parte dedicada a la Magdalena). En general, se expropiaba toda una manzana, conformada por los números 2,4,6 y 8 de San Pablo, y 1 de la calle Santa Justa. El coste ascendio a poco más de cuatrocientas diez mil pesetas de la época. Además de ampliar la calle San Pablo, se edificó en lugar de la mansión Mariani el conocido edificio del Cabo Persianas.

El Cabo Persianas, obra de Rafael Arévalo Carrasco y Gabriel Lupiáñez Geli, es un edificio del estilo racionalista, innovador en lo referente a su falta de balconaje, e inclusión de ascensor. Otras construcciones del racionalismo en nuestra capital, a destacar, fueron el Mercado de la Puerta de la Carne (también de los anteriores autores), la Casa Duclós-J.L.Sert- y la Casa Lastrucci -Juan Talavera y A. Delgado Roig-. Afortunadamente es de lo poco valioso, llegando a nuestros días, que se ha conservado en la zona de la Magdalena. Sin embargo no hay que olvidar que pese a todo, la sacrificada casa Mariani poseía una mayor antiguedad y unas líneas clásicas que le otorgaban una elegancia y finura singular.

Abajo, la casa Mariani junto al Hotel Madrid, cuando entonces la Magdalena estaba conferido como un espacio abierto que comunicaba con antiguos y estrechos callejones. Un sabor autóctono desaparecido:

Abajo, su sucesor, el Cabo Persianas. Puro racionalismo, sin estridencias, desapercibido, sobriedad. Google maps 2008:

Mediante este último reportaje, finalizamos el espacio dedicado a la Plaza de la Magdalena, lugar palaciego y de singular belleza que fue, marchitado por la salvaje destrucción que se impuso en unos años en que las órdenes de derribo y la piqueta eran las mejores armas de aquellos dirigentes que se enriquecieron a costa del rico patrimonio de nuestra ciudad. Pese a todo, la fuente central de la plaza, a la que dedicaremos un espacio en su momento, fue lo único que se mantuvo incólume, testigo de los siglos, de cuando aún se respetaba el autóctono y genuino sabor sevillano. Que nos dure siempre.

Rafael Medina.







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