Recordamos a los lectores que respecto a los diferentes usos dados al Prado de San Sebastián a partir de 1973, expusimos un reportaje en este blog, por lo que en esta reseña intentaremos aproximarnos a los cines que se colocaron en la misma ubicación o en sus proximidades hasta aquella fecha. Con pocos medios pero con todo el empeño posible, cuando menos, hemos podido recopilar un material fotográfico posíblemente inédito, ilustrado mediante informaciones que esperemos sean amenas para todos aquellos que nos siguen con mayor o menor asiduidad.
La llegada del cine a Sevilla, presentaba entre 1896 y 1906 diversos lugares para las proyecciones, integrándose en teatros ( Duque, San Fernando, Rodero....) , cafés ( Suizo, Nuevo Mundo, etc. ), salones ( Luimére, Imperial....), y barracas al aire libre, siendo una de ellas el Prado de San Sebastián, una parcela que fue durante mucho tiempo un lugar casi exento, sólo en principio ocupado por pequeñas extensiones como el Casino Sevillano, el Casino Militar, el Círculo de Labradores y el Centro Mercantil. No era por lo tanto de extrañar, que se ubicasen espacios temporales dedicados a las proyecciones principalmente durante las Ferias de Abril y de San Miguel. El desaparecido diario El Progreso ya nos indicaba en 1904 la existencia del barracón cinematográfico del señor Rodríguez Lagunilla, que alimentaba las proyecciones mediante el uso del cable del tranvía mediante una acometida ilegal. No obstante el Prado seguiría figurando como un lugar itinerante y transitorio. En la primavera de 1906 ya se anuncian " secciones cinematográficas todas las noches ", en el Teatro Portela. Otra sala teatral, el Eslava, ubicado en el lugar donde se construyó el Hotel Alfonso XIII, cercano al Prado, también tuvo su espacio para aquellos comienzos del Séptimo Arte; a la izquierda vemos una imagen muy conocida de la sala.
Con la llegada de la Exposición Iberoamericana de 1929, en lugares cercanos al Prado como los pabellones de Chile o Estados Unidos, se proyectaron filmaciones; sin embargo, más o menos ya dentro del solar, destaca el cine del Pabellón de Portugal.
Con la llegada de la Exposición Iberoamericana de 1929, en lugares cercanos al Prado como los pabellones de Chile o Estados Unidos, se proyectaron filmaciones; sin embargo, más o menos ya dentro del solar, destaca el cine del Pabellón de Portugal.
Durante la Guerra Civil y a partir de 1937, el Prado fue escenario del establecimiento de cines de verano como el Madrid, San Fernando ( anterior a esta fecha, propiedad de la empresa del teatro del mismo nombre ), Sevilla y Nevería Universidad. Tras la contienda, localizamos cines como el Jerez ( 1941 ), o el San Sebastián, también llamado al principio Cine-Nevería Prado, inaugurado en 1942, propiedad de Virgilio Ruiz. Muy cerquita se hallaba el Prado Cinema, montado en los mismos jardines de Catalina de Ribera, el Astor ( 1948 ), etc. La imagen de la izquierda podría encuadrarse en los años de 1950, distinguiéndose a la derecha el famoso botijo en el ambigú exterior. En el centro, una catenaria de tranvía. La sala duró hasta 1967, y a principios de los años 70, los hermanos Ángel y Manuel García Herrador instalaron un nuevo Cine Prado. ( Imagen colección particular ).
En la Sevilla del desarrollismo, concretamente en 1961, al parecer se debió instalar una especie de carpa provisional, denominada Ahorre, y en la que estuvo colocado el Cine Infantil San Bernardo. Es, cuando por aquellos principios de los sesenta coexisten el nuevo cine Prado ( que duraría poco ) junto al veterano San Sebastián, perteneciendo este último a la empresa de los Llorens e Imperial. En la cartelera siguiente, comprobamos que la distribuición de la película corría a cargo de la empresa Sánchez Ramade, propietaria de los cines Apolo, Ramade, Regina, Los Remedios o Villasis.
En abril de 1967, el Ayuntamiento subasta determinados lugares del Prado para que las empresas privadas que lo desearan establecieses cines de verano. De aquel concurso aparecerían el veraniego Cine Carlos V y el CINERAMA, estructura futurista, semiesférica, diseñada para ver cine en invierno, con calefacción. Las dimensiones del toldo que la cubría, eran de 2.600 metros cuadrados que tapaban una enorme pantalla cóncava, mientras que tres proyectores enviaban las imágenes. Precursor del 3D-IMAX. El aforo era de 1.032 expectadores. 1970 fue su último año en el Prado, y el año siguiente se colocó otra carpa diferente, para que muchos de los pequeños sevillanos acudieran a ver al delfín Flipper.
Abajo, un niño posa delante de CINERAMA, montaje futurista del arquitecto valenciano Emilio Pérez Piñero por encargo de la empresa CINESA de Alfredo Matas. La fotografía es de 1968-69, apreciándose vehículos de la época y, a la izquierda, el edificio de Juzgado. (Imagen siguiente, colección particular).
Hasta estas líneas, la reseña que recorre los cines colocados en el Prado de San Sebastián y un poco en sus aledaños, mas alguna que otra distracción hasta 1972. Este reportaje, recordemos, es la segunda parte del primero que hicimos sobre diferentes cines y utilidades de la histórica explanada, que publicamos en enero del año pasado:
http://www.sevilladesaparecida.com/2013/01/el-prado-de-san-sebastian-1973-1990.html
Hasta estas líneas, la reseña que recorre los cines colocados en el Prado de San Sebastián y un poco en sus aledaños, mas alguna que otra distracción hasta 1972. Este reportaje, recordemos, es la segunda parte del primero que hicimos sobre diferentes cines y utilidades de la histórica explanada, que publicamos en enero del año pasado:
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