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viernes, 27 de diciembre de 2013

LA ESCALERILLA DE LA CALLE TORNEO

El desembocar en la calle Torneo, durante generaciones, significó la desconexión con el entramado urbanístico, una verdadera frontera y un espacio predestinado para ejercer la soledad y la aventura dentro de la misma ciudad. Algunas calles adyacentes estaban compuestas en su mayor parte por un conglomerado de viejas edificaciones que convivían con algunas más modernas, formando panoramas autóctonos donde la calidad de vida era algo predominante.

Los años fueron pasando, y la Exposición del 92 fue el pistoletazo de salida de cara hacia una transformación casi total del entorno: Se demolió el muro, borrándose aquel mundo interior de las abandonadas instalaciones ferroviarias, se quitó el tapón de Chapina reduciéndose la amplitud de sus jardines, se construyó un larguísimo paseo de nombre monárquico que pronto se llenó de transeuntes, deportistas, jóvenes de botellona, chiringuitos de verano, delincuentes y mendigos. Por su parte, la calle Torneo también cambió su fisonomía con el establecimiento de nuevos carriles, que durante sus primeros años paliaron los otrora atascos de tráficos en aquella arteria; mas sus aceras fueron reducidas por la señalización del carril bici. Además, se hizo una nueva estación de autobuses, mientras que la antigua de Córdoba fue convertida en centro comercial. Y también se elevaron nuevos puentes. Aquellos cambios sirvieron para que, Torneo, al igual que sus tramos más cercanos, recibieran diariamente una ingente cantidad de población flotante. Aquellos cambios comenzaron hace poco más de veinte años, por lo que creemos que el "progreso", a veces se mide menos por el tiempo transcurrido que por las decisiones políticas.

Sin embargo, entre tanto estress, bicicletas, carriles de autobuses y rostros desconocidos de todo tipo, todavía en la zona queda un lugar libre que, como no han podido edificarlo, les ha quedado la opción de usarlo como aparcamiento. De todas formas aún conserva su estructura de lleno, así como el sabor a otros tiempos: La escalerilla de la calle Torneo.

El último tramo de la calle San Vicente desemboca en lo que fue el barrio de San Juan de Acre, órden militar a la que, en el XIII, fue donado el terreno que actualmente ocupa la confluencia de la parte final de la calle Guadalquivir, que desemboca en la Puerta de San Juan, mas Pizarro, Clavijo, Mendigorría, Álvaro de Bazán y Pérez de Garayo. El plano de Olavide, de 1771, refleja la jurisdicción de San Juan de Acre, con la calle Guadalquivir denominada "De la Estrella": 
1. Puerta de San Juan. 2. Capilla de la Estrella ( antes de San Juan ). 3. Iglesia prioral de San Juan de Acre. 4. Convento de Santa CLara. 5. Convento de Santiago de los Caballeros. 6. San Clemente. 7. Calle Arte de la Seda.

Todo el conjunto sería remodelado en 1837, y en 1863 la Puerta de San Juan fue demolida, dando lugar a la calle Torneo. A fines del XIX, la plaza de Santiago de la Espada desapareció totalmente al construirse en su lugar una manzana de casas y ampliándose otra, resultando de ello el nacimiento de la calle Pérez de Garayo, corta vía que desde su creción desemboca en una extensión rectangular, producto del desnivel de la eliminación del lienzo de muralla, cuya parte superior es la calle Torneo.

Extracto del plano de Urbanismo de 1929. En el mismo ya aparecen dibujados el rectángulo que nos referimos y una escalera que comunicaba Torneo y Pérez de Garayo, aunque esta última calle es mencionada como "Calle de Plaza de Gamazo", no descartándose que el sitio rectangular fuese denominado así:
Todos los documentos relacionados con la confluencia Pizarro / Guadalquivir, nos hablan de una zona tranquila, en la que existieron almacenes industriales, como la fábrica de jabones de Tomás Pérez Benítez, la factoría de material de construcción de Tábora de los Reyes, la destilería de Lorenzo del Castillo, o los almacenes y fábrica de camas Cobián. Ahora, echemos un vistazo al plano de 1943 y a una fotografía cenital de 1944:
Según los datos que manejamos, encontramos que el edificio de pisos que existe actualmente en la calle Puerta de San Juan y que ocupa el lugar de la fábrica de Cobián, fue construido en 1976, en tiempos de plena orgía de palancas y piquetas, derribándose por aquel entonces la vieja fábrica en cuestión, quedando sólo un pequeño extremo libre sin una función concreta, cercado por un tapial bajo de mampostería. La imagen corresponde a 1986, apareciendo como siempre el rectángulo exento, y más abajo el espacio libre resultante de la fábrica de Cobián:
Sabemos que en la primera mitad de los 90, aquel espacio libre se remodeló de una forma sencilla, confiriéndose la Plaza de Pérez de Garayo. Por otra parte, ese rectángulo y su escalera, también han seguido vivos hasta el momento, aunque el espacio exento, en su mayor parte, no va más allá de un pequeño parking. En los 80, todavía, los chavales de barrio, jugábamos allí partidillos de fútbol; ahora, cuando menos, continúa sin ser edificado. Familiarmente, el lugar era conocido como la "escalerilla". Veamos unas fotos recientes: 1. Plaza Pérez de Garayo, con las escaleras al fondo ( derecha ). 2. Escalerillas, y arriba Torneo. 3. Escalerillas desde Pérez de Garayo. 4. Vista desde Torneo.
El solar conocido como "la escalerilla", por lo tanto, no sólo ha sobrevivido al tiempo, sino que aunque para Urbanismo figure como espacio libre, éste también carece de objeto para su edificiación, debido a la estrechez del mismo, a su rodeo por tres edificios y la calle Pérez de Garayo. Además, hace unos años se expuso un proyecto destinado al uso lúdico de los solares libres, que al parecer en este lugar no llegó a tener éxito. En cualquier caso, una remodelación del terreno, cambiándolo a parque infantil y unos cuantos bancos nunca supondrá la transformación radical del lugar. Es más, prospecciones y estudios arqueológicos recientes, podrían ubicar en esa zona la antigua Puerta de San Juan, gracias a los descubrimientos en el edificio de la casi lindante Torneo nº 26, donde se conserva al parecer, parte de una torreta almorávide. El lugar se presenta delicado ante cualquier tipo de acción urbanística.
Desde Sevilla Desaparecida nos congratulamos que aún existan sitios como la Plaza de Pérez de Garayo y las "escalerillas", espacios olvidados que nunca serán rutas turísticas ni objeto de masificasión.

Dedicado con especial cariño a Chema "Matachanas", José León, Manolo Bueno, Fermín, Antonio de la Rosa, Romero Ruiz, Cristóbal Monroy, Fernando Mateos, Pablo, Alex, Guti y Manuel García Ruiz, entre otros, por aquellos partidillos en la Escalerilla que jugábamos en los años 80.

sábado, 14 de diciembre de 2013

EL CINE DELICIAS DE LA CRUZ ROJA

El cine Delicias formó parte de aquel universo cinematográfico sevillano que abarcó desde 1960 hasta la entrada de los años 90. El popular barrio de la Cruz Roja, erigido dentro de lo que fue la Huerta de la Barzola, fue el escenario de un auténtico cine de barrio. Propiedad de la empresa MACRU, el Delicias se hallaba situado en el número 3 de la calle Juan Núñez, justo entre la Avenida de la Cruz Roja y las vías José María Izquierdo y Albaida, entrándose también por el 39 de esta última calle. Veamos la toma de abajo, realizada en 1982:

De 1949, según el Catastro, data el edificio donde fue costrudo el cine. Nicolás Salas, en su libro "Sevilla, en tiempos del Tamarguillo", nos ilustra con una fotografía de un panorama olvidado y escondido en el tiempo; evocaciones de cuando se era un niño que vive con las sensaciones a flor de piel, o también, porque no decirlo, evocaciones de un adolescente que casualmente, en sus primeras en intrépidas primeras salidas, caminaba sin descanso para adentrarse en aquella frontera desconocida, que en una tarde soleada, al volverse en la esquina de una calle vacía, se quedó parado mirando un cine que nunca, hasta entonces, supo que existía:
El Delicias fue inaugurado oficialmente en 1960, presentando un aspecto interno excepcional, con materiales encargados en su mayoría por empresas sevillanas mas algunas de otras procedencias, casi todas ellas desaparecidas hace muchísimos años: Mármoles de Manuel Gómez, que tenía la empresa en la calle O'Donnell, Industrias Gares, con su taller / sucursal en el Pasaje Quijano; butacas y mobiliario de Quesada Zapater, sonido de Ángel Quintana Mellado en Faustino Álvarez; iluminación de la mítica Lumineón Sevilla, que en la Alameda de Hércules poseía su local; espejos y cierres encargados a la cristalería Erausquin de la calle Arrayán, etc.

Aún así, en 1965, la sala debió sufrir una reforma importante, por lo que se sustituyeron las butacas, la refrigeración y el sistema de proyección:
La vida del Delicias se desenvolvió orientada tanto a las proyecciones de reestreno y de estreno, cubriendo el marco invernal de la zona de Cruz Roja, León XIII, Retiro Obrero, e inclusive Pío XII con su cine Lux de la calle Conde de Halcón. En 1978 estrenó, junto a otros cines en simultaneo, la película sevillana producida por Triana Films " Un parado en movimiento ", protagonizada por los genuinos Paco Gandía y Pepe Da Rosa. En 1981 estrenó junto al Alameda Multicines "El lago azul".
El Delicias debió resistir muchos avatares, sobreviviendo a la llegada del video, inclusive llegando hasta 1996, año este en que terminó su existencia. El lugar que ocupaba la sala, es actualmente una superficie comercial. Prácticamente se llegó al fin de los cines invernales de barrio, que con su decoración artesanal y los porteros vestidos de uniforme, evocaban una época desaparecida, la que muchos parecen añorar en algunos aspectos, pero que una vez llegada la hora de los políticos, qué poquito interesa recuperar nada.

jueves, 7 de noviembre de 2013

SEVILLA JOVEN: LOS AÑOS 80 ( 1 )

En la década de los 80, Sevilla pasó a ser un reflejo de las necesidades y tendencias de una generación de jóvenes que se encontraron con una "movida" local en la que discotecas y bares de copas pasaron a ser los principales lugares de diversión en aquellos tiempos.  Era la continuidad de un decenio anterior, donde desde 1978 la mayoría de edad pasaba de 21 a 18 años, y los adolescentes de forma menos tímida y más masiva, aún con más libertad, hallaban nuevos puntos de encuentro y experimentación. 

Los "progres" y los "pasotas" comenzaban a estar en declive, mientras que las tribus urbanas emergían fuertemente influenciadas en el vestir o bien por los estilos musicales (donde tuvieron en este decenio su máxima expansión): Punkis, heavys, rockers, mods, technos, breakers..; o por la economía: Pijos, poligoneros... Ese fue, a grandes rasgos, el aglomerado que formaba la tarde-noche hasta madrugada joven de los fines de semana. 


Respecto a los pubs o bares de copas, la insignia de la "movida" sevillana se aglutinaría en el barrio de Los Remedios, mientras que Las siete Revueltas, Arenal o la Plaza de la Gavidia serían lugares también importantes para la juventud en el casco antiguo.  


DISCOTECAS: VIAJE AL MUNDO PERDIDO

El mundo de las discotecas en la Sevilla de los años 80 se hallaba algo estratificado; no se conocían complejos donde estuvieran agrupadas y, todavía, libres de leyes de ruido, jugaban su papel en el centro. Esta circunstancia, unida a que con ciertas edades por aquel entonces se solía salir temprano para recogerse pronto, suponía que básicamente no había muchos sitios donde acudir, por lo que había que seleccionar uno o dos en un mismo día. Era el oscuro mundo, en que los colores malva y azulados del neón impuesto por la moda italiana, relucían, al son del italo disco, del break dance, del techno / sinth pop o del high energy. Pero también se invitaba a ligar, ya que las sevillanas y la música lenta formaban parte de aquel universo.

El mundo de la discoteca tuvo su auge en esta época, cuyos primeros años mostraron una amplia lista en cuestión de salas de baile: destacaban Holiday ( sobre la que tenemos un artículo en este blog ), Zodiac y Don Felipe ( ambas en la calle Felipe II, la primera frente al desaparecido paso a nivel ), Tucán ( Blas Infante ), Petrarca y Skipper ( Monte Carmelo ), Turín ( Asunción ), o el Mesón Casa Luciano ( Manuel Siurot ), Escorpión ( Ramón y Cajal ). A partir de 1984, mientras unos cerraban fueron sumándose otros locales nuevos, tales como el Hola Ola ( Salado ), Dragón Rojo ( luego B 60, calle Betis), la Reja ( La Campana ) o el Califas disco pub ( Menéndez Pelayo ). Como ven, Los Remedios jugaba un punto importante de encuentro, erigiéndose la Plaza de Monte Carmelo como centro neurálgico de la movida, con sus disco bares, mientras que el Piruetas ( Asunción, hoy un Bingo, antes la mencionada Turín ) es la sala de baile más grande.
El Don Felipe ( abajo ) se encontraba bajando la cancela que aún existe en este antiguo edificio. A partir de 1999 y hasta 2005 fue conocida como Doblón. Sin embargo, el Don Felipe constaba como discoteca desde 1970. Lugar alejado de las movidas del centro, muy oscuro por dentro. Eran tiempos en que cada local solía abastecer a la clientela de su barriada. La gente no venía de muy lejos normalmente, habida cuenta en que el boca a boca era el principal medio de información. Aquellos domingos solitarios en los alrededores daban un romanticismo que hoy no existe ni por asomo.
Abajo, caja de cerillas publicitaria de La Reja, así como una imagen del letrero anunciador, tomada en la Semana Santa de 1989, pasando el Cristo de la Fundación. La sala se hallaba en el mismo edificio de la Confitería La Campana, en la calle Sta. Mª de Gracia. La Reja comenzó a popularizarse debido a las fiestas que los jueves se hacían para los guiris, acudiendo muchos jóvenes de las primeras academias de intercambio.
No era de extrañar que en cualquier avenida, ronda o lugar inconexo hubiera alguna discoteca, como por ejemplo La Recua, primera discoteca de verano / invierno en Sevilla, que abrió desde junio de 1984 hasta 1989, construida sobre la antigua piscina San José; o el Contrapunto, que se pasó a llamar Figúrate en el 89; el Metal en Jesús del Gran Poder ( 1985 y 86 ), que también cambió de nombre para luego conocerse como Acordes; o Disco Límite, en Capuchinos. Sin olvidar los garitos de Reina Mercedes.

La construcción de la SE-30 a su paso por Guadaira, al igual que el nuevo FREMAP, fueron hechos que dieron lugar al final de La Recua. La famosa discoteca de verano, se hallaba precisamente casi al final de la Avenida de Jerez, aproximadamente ocupando lo que hoy es repetido FREMAP. El 29 de septiembre de 1989 se celebró una histórica fiesta de clausura por todo lo alto, en la que tocó el grupo pop sevillano Los amos del mundo. En los 90, La Recua continuó con sus proyectos, uno en la Expo 92 y otro que abrió allá por el 95, en San Juan de Aznalfarache; pero, claro, la década no era la misma y las cosas no eran iguales. Abajo, vemos una fotografía aérea de la discoteca en 1988 y un panorama del recinto, con su piscina, en su última noche. Más abajo, anuncios publicitarios del Figurate y Disco Límite.
 En 1985 surgió otro sitio nuevo, el Roll Dancing, situado en la calle Calatrava, rozando la Alameda de Hércules, disponiendo de una pista de patinaje, frente al antiguo Cuartel de Caballería. Creemos que permaneció abierto hasta principios de los 90. Abajo, en la izquierda de la imagen, apenas se vislumbra el letrero de la discoteca:
En 1987 sabemos que se comienza a aplicar el "derecho de admisión" en muchos casos de manera ilegal e injusta: las discotecas RRÍO ( hoy Boss ) y EM de invierno y verano ( ¿ recuerdan al que se ponía en la puerta con el chubasquero amarillo ? Pues ese era Cristóbal Soria, ya saben. ). Es un período en que se coincide con el declive del Holiday, Piruetas, Hola Ola, Groucho ( Arenal ), mientras otras cerraron y la dependencia para los discotequeros que buscaban algo nuevo se podía convertir en un suplicio.

La aparición, ya en 1988, de la llamada "música de importación" no era otra que la llegada del acid house o el bakalao, estilos que invitaban a beber, bailar sin descanso hasta altas horas de la madrugada. Se empezaba a perder la discoteca como lugar de reunión.

Izquierda, letrero de neón del Piruetas, abierta desde 1984 hasta 1988. Una discoteca ejemplar para los más jovenes. En 1987 fue objeto de una importante reforma, mientras que en 1985 fue escenario del grupo musical sevillano Dogo y los Mercenarios.


LA GAVIDIA, SIETE REVUELTAS, TRIANA, LOS REMEDIOS....

Si hubiera que mencionar todos los disco bares y pubs que funcionaron en la Sevilla de los 80, concebidos especialmente para la gente joven, hablaríamos de una lista interminable; pero lo cierto es que aquel decenio conllevó la proliferación de estos servicios. En paralelo a la discoteca, acudir a los disco bares y su entorno se convirtió en un rito cada viernes o cada sábado. Por supuesto, las horas tempranas de la noche y de la tarde, eran testigos de que los adolescentes de entonces disfrutaran de aquel ambiente

Los Remedios fue, indudablemente, el "rey" de la movida juvenil ochentera en nuestra ciudad, obviamente, en ambiente no undergroud, al contrario que otros lugares del Casco Antiguo. Dos zonas eran las principales: la Plaza de Monte Carmelo y Carrero Blanco / Ramón de Carranza. segunda de ellas, estaban el Glass, Wind, Himalaya, Néctar, etc. Todo ello, sin olvidar calles como Madre Rafols, Sebastián Elcano, Virgen de Begoña, Virgen de la Cinta o Padre Damián (La Canasta), en cuyas cercanías estaba el LLar y el Café Juvenil.

La plazoleta de Monte Carmelo / Sebastián Elcano llegó a ser un foco importante en la concentración de la juventud, mencionándose lugares como el Chess, La calle del Flash, Fresas, Ñam Ñam, Glub-Glub, Mic-Mic, Colores, Zerocotroco, Crisis ?, etc. Cequita de todo esto, la calle Fernando IV, donde estaban el Pistacho, el Líquido o el Pub Bauhaus con sus chapolines. 

De Madre Rafols y adyacentes recordamos el Tendido 5 ( ¿ se acuerdan de las tapas de patatas ali oli y bravas a 25 pesetas ? ), Carupano, Ferrari, El Lío, Tabanco, La Galera....

En la calle Virgen de la cinta se hizo muy popular la litronería La Alemana, donde la litrona de cerveza se destapaba con un abridor incrustado en la pared. En 1992 La Alemana fue clausurada por el Ayuntamiento. Entonces proliferaban las tiendas de comestibles que servían alcohol a menores, consumiéndose en la calle; pero, para bien o para mal, contribuyeron a formar parte del ambiente de entonces. En aquella misma calle también destacaron La Gramola y Las Riendas.

En 1986, el entonces jugador del Real Betis Balompié, Gabriel Humberto Calderón, puso en la céntrica Plaza de la Gavidia un bar llamado Gaby. Junto al Gaby se acumulaban otros bares y bodegas como el Gris, Kilim o La Venera. Un ambiente donde las edades se mezclaban. Abajo, la Gavidia en 1989, con los bancos llenos de jóvenes:
Pero Triana no se quedaba atrás. La calle Betis, repleta de baretos, también era cónclave importante, con locales como El Metro, El Mondial, Sky o Dalí....
En el centro, el tema de los disco bares de copas también tuvo su protagonismo. El ambiente rocker o heavy también tuvo su espacio: El Bourbon, el Amor de la calle, el Tren o el Maketa, tras la desaparición de todos ellos, con el paso de los años, se convirtieron en recuerdos míticos de las vivencias de muchos jovenes.
Tampoco podemos olvidar a la Alameda de Hércules ¿ Qué había por aquel lugar en esos años, cuando el bulevar aún estaba acuciado por el mundo de las drogas y la prostitución ? Aún así, para gustos y edades diferentes, dos lugares de entre los que sobrevive todavía uno, el Fun Club; el otro, el IBÍO con sus campeonatos de chapolín ( antiguo Cafetín Ojalá ): 
Las Siete Revueltas fue ( y sigue siendo ) otro lugar interesante en la movida sevillana, junto a la Cuesta del Rosario, donde existieron muchos garitos que también tuvieron su tiempo y su moda, tales como La Mina ( popularmente Las Jarras ), donde se servía cerveza barata; o los que vemos abajo, entre otros muchos, incluyendo la Rebotica y el Sopa de Ganso como supervivientes de hoy en día: 
El Arenal también tuvo sitios como el Bar Iberia ( Almirante Lobo ), Bar Triángulo, o Los Punkies ( Harinas ), entre otros. 

Este homenaje a la movida juvenil ( y no tanto ) sevillana de los ochenta, no se olvida de otros lugares que, de una forma u otra, formaron también parte de ese puzzle - que tratamos de medio construir -:  el Bar Caos en Chapina, la Bolera ( Luis Montoto ), el Disco Bar Poseidón en Marqués de Paradas, al igual que el Antenna, el Área 2 en Albuera, el Patio de San Laureano, o el Bestiario ( que aún continúa ).   
A finales de los 80, la noche empieza a "funcionar" en muchos sitios ya de madrugada en adelante. Son cada vez más los jóvenes que llegan tarde a casa o viven independientes. Será el preludio para un nuevo escenario en una Sevilla, todavía "pueblo grande", a la que aún no se habían incorporado por cuestiones de edad los jóvenes de barrios periféricos nacidos en la etapa de la Transición Española, que tendrían su eclosión a partir casi la primera mitad de los 90, etapa en que muchos jóvenes adultos y adolescentes gozaron de mayor libertad y nivel económico, acceso a vehículos, empezaba la botellona, acceso a la inclusión de drogas de diseño, aparición del fenómeno "cani", la globalización, etc.

Hasta aquí este, creemos, digno especial dedicado a los bares de jóvenes y discotecas, cuya continuidad seguirá en un próximo reportaje que tratará otros aspectos diferentes de la juventud sevillana durante la década de 1980.

Publicado el 07/11/2013 en Facebook, Google +, twitter. Por favor, si copia indique la procedencia y el autor del blog..

lunes, 21 de octubre de 2013

BÉCQUER: EL CINE DE LA MACARENA

EL CINE DE LA MACARENA

Entre los cines que más tiempo sobrevivieron en Sevilla destacó hasta no hace aún muchos años la sala Bécquer, situada en la calle del mismo nombre y a tiro de piedra de la Basílica de la Macarena.

La historia del cine Bécquer se remonta al año 1940, cuando el empresario Agustín Jiménez Trujillo hizo construir una sala por mediación de la popular empresa Agromán, Empresa Constructora, S.A.; mientras que los trabajos corrieron bajo la dirección de los arquitectos Felipe y Rodrigo Medina Benjumea. Este último, autor de la Estación de Autobuses de Cádiz y del edificio de cocimiento de la Cruz del Campo, realizó en este cine una notable obra del racionalismo en Sevilla. La nueva fábrica sustituía a un espacio que ocupaba una vieja pista de tenis.

Abajo, aspecto del edificio, antes del día de su inauguración del 23-11-1940.
La obra constituía un aprovechamiento del ángulo de la manzana, creando una composición plástica y orgánica única en nuestra ciudad. Los cines Victoria y Florida, inaugurados entre 1939 y 1940, respectivamente, compartían ideas similares en su construcción. El Bécquer fue realizado en hormigón armado, mientras que la decoración pictórica interior corrió a cargo del pintor sevillano Manuel Corrales (+1975).

El cine Bécquer cumplió a su perfección durante 60 años su función de cine de barrio: Su fachada, muda expectadora de caminos cofrades, mientras su esquina a Fray Luis Sotelo se hizo popular con los años ( "La esquina del Bécquer"), lugar de espera y encuentro de amigos y de novios. Zona de talleres de bicicletas y motos, ferretería y tienda de alimentación. La Resolana, solitaria en los 70 se ve desde la esquina un domingo....
La imagen que contemplamos a la izquierda, arriba, se fotografió a principios de los años 90, últimos tiempos del Bécquer. Aún estaba la reforma realizada en 1974, ya que el porsche todavía daba la impresión de ser el mismo.
"Ojos inocentes", de 1939, fue la película que inauguró la sala, tras haber sido proyectada la película argentina "La modelo y la estrella". No obstante, el Bécquer llegó a funcionar en su apogeo, allá por los 60, 70 y parte de los 80, también como sala de estreno, aunque en esa última década hubo funciones de "Arte y Ensayo". 

En el plano de los estrenos, por su calidad, destacamos cintas como "Y al Tercer Año resucitó" ( 1980. Dir: Rafael Gil ), " El último metro " ( 1980. Dir: Francois Truffaut ), por citar algunas; mientras que de entre las películas del Hollywood americano o del resto del panorama internacional, no faltaron celuloides de todos los géneros como " Jason y los Argonautas" ( Don Chaffey ) , " El color púrpura " ( Steven Spilberg ), o " Le llamaban Trinidad" ( Enzo Barboni ).

El Bécquer, al igual que otras muchas salas, tuvo que recovertir su espacio, dotándolo con las necesidades de la época transformándose en un pequeño multicines. Se acercaban los años en que las identidades visuales y estructurales que vivieron generaciones, comenzaron a ir difuminándose: las otrora calles tranquilas y dejadas, que conservaron su bullicioso tránsito para acudir en días señalados a sitios concretos, pasaron a convertirse en lugares de paso continuo sin ton ni son; los vecinos de siempre fueron sustituidos progresivamente; las viejas estructuras fueron demolidas, machacadas, transformadas y reconvertidas....pues algo así le pasó a nuestro cine, que "parmó". Hoy en día es una superficie comercial que no nos merece la pena subir aquí; mejor nos quedamos con un recuerdo original de aquellos tiempos, que es lo nuestro.



martes, 27 de agosto de 2013

GANÁNDOSE LA VIDA EN LA CALLE

A continuación, nuestro colaborador Ricardo Losada Giráldez, nos ilustra con este artículo, abordando la historia de unas personas que hace muchos años se ganaban la vida en la calle, aparcando coches, hasta que....

La verdad, es que las autoridades competentes, conjuntamente, deberían de erradicar un fenómeno que lamentablemente se ha propagado en estos últimos años por nuestra ciudad. Por lo que me atañe personalmente, a causa de mi veteranía, considero que el fenómeno de indigencia en Sevilla se propagó en plena transición democrática a raíz de la Feria del año 1.978, año en el que se promulgaba el mal llamado "Estado de derecho". No se me olvidará nunca la imagen por todo el "Real" atestado de mendigos, no solamente locales, sino practicamente venidos de toda la geografía española para tal evento destacado; motivo por el cual, la entonces poco dotada Policía Municipal miraba para "otro lado" cuando realizaban las tareas de vigilancia en dicho recinto lúdico, escaparate inevitable del numerosísimo turismo que venía a disfrutar de nuestra Fiesta.

Llegaba la rutina sobre Sevilla, y en el día a día, sobre todo en la zonas del Casco Histórico, Prado de San Sebastián y Triana, proliferaban seres castigados por la sociedad de consumo, autóctonos, que se buscaban "la vida" contracorriente y de forma pacífica, resultando familiar en el entorno y parte de su vecindario. Los "vientos democráticos" de la segunda mitad de los años 70 en realidad, dejaban en un falso albedrío de perder en un sector de la población el derecho a la autoestima personal. Fiel reflejo de esta cruda realidad por las calles sevillanas la plasmó en uno de sus temas el conocido grupo de rock-andaluz "TRIANA". La canción en cuestión se tituló "Señor troncoso", de su segundo disco "Hijos del Agobio", editado en 1.979. Dicho personaje -Troncoso- En realidad era un guardacoches ilegal o "gorrilla" que ejercía su "trabajo" el la céntrica Plaza del Pozosanto, y que el mítico Jesús de la Rosa -Líder de la formación- lo conocía asiduamente cada vez que venía a Sevilla, ya que sus padres vivían en la cercana Calle Feria.

Dichos guardacoches, paulatinamente , ocuparon tales entornos y a pesar de su aspecto físico y condiciones psíquicas, se ganaban el cariño de la ciudadanía, quizás como muestra de agradecimiento por parte de la población sevillana a no sumarse al carro de la delincuencia en sus diferentes vertientes (robos, extorsiones, hurtos.....), muy frecuentes entre capas marginales cada vez más numerosas, cuyo principal artífice fue la llegada del consumo de las denominadas "drogas duras" en nuestro país. Pero junto a ellos, también existieron los verdaderos guardacoches, es decir, aquellos que pertenecieron por ese entonces a la ANIC, es decir, la Asociación Nacional de Inválidos Civiles, que desde 1958 daba el "oficio" a esas personas, llegando a contar con cien mil afiliados en 1965. La ANIC se organizaba por delegaciones, estando en vigor hasta casi finales de los 90 tras no haber pasado antes por diversos cambios y vicisitudes: en 1970 se creó el Servicio Social de Recuperación y Rehabilitación de Minusválidos (SEREM), mientras que la ANIC pasó a depender del Ministerio de Trabajo y no del de Gobernación como en un principio; luego, al Ministerio de Sanidad y Seguridad Social. En 1978, la ANIC pasó en gran parte el SEREM; en 1980 al Instituto Nacional de Servicios Sociales (INSERSO). Por el Real Decreto 2106/1986, de 29 de agosto, se suprime el Protectorado del Estado sobre la Asociación Nacional de Inválidos Civiles (ANIC). Normalmente, el Ayuntamiento les asignaba una zona en concreto, por lo que los "ilegales" siempre pasaban a un segundo plano, buscándose la vida en lugares menos frecuentados.

De derecha a izquierda: Antonio Salgado, que trabajaba en la Plaza de la Contratación; Manuel Martín Salas, en El Salvador; Carlos López Pardo, San Pablo; Antonio Sivianes, Canalejas. Personas de ley como estas vigilaban los huecos para aparcar, e incluso hasta algunos clientes confiaban en ellos las llaves del coche. Un puesto de trabajo honrado e ingrato que desde 1975 fue adscrito a la Seguridad Social, pero que desde 1978 comenzó a ser damnificado por el sistema. En 1982 apenas quedaban 70 de una plantilla que llegó a ser el doble unos años atrás:
Por otra parte, en el terreno de los "gorrilas" ilegales más célebres que pululaban por el entorno del Casco Antiguo sevillano, recordamos a uno de los "últimos mohicanos" de la gorra de plato de los últimos veinte y algo de años. La persona en cuestión fue un tal Agustín apodado el "Guardacoches", que pasó de pedir limosna en la Puerta de la Basílica del Gran Poder a estar vigilando vehículos de lunes a domingo en la Plaza de San Lorenzo, y que con el día a día, se ganó el cariño y respeto por parte de un sector de la población de dicho barrio céntrico. Hablamos de principios de los 90 y Agustín no perteneció al ANIC ni a los posteriores VOVIS y PM-40, sino que "echó" a otro "gorrilla" ilegal afincado anterioremente en la plaza.

Abajo, el hermano de Eduardo, un guardacoches que solía actuar por la zona de la Alameda durante los 70 y 80, en 1978. Esta figura, prácticamente ha desaparecido en beneficio de individuos que en su mayoría carecen del sentido tradicional y local; unos se asientan en barriadas periféricas y otros duermen en la calle:


Además, a finales de la década de los noventa, el fenómeno de la inmigración ilegal en España, hace estragos, y como no iba a ser menos, Sevilla, al ser la cuarta ciudad de España, se vió también damnificada. Aquellos autóctonos o afincados durante muchos años en nuestra ciudad que se ganaban un dinerillo en la economía sumergida urbana, se vieron reemplazados por personas que con su actitud fue bastante pseudo invasora. Se destaca por ende, la libre circulación de ciudadanos comunitarios en cualquier país de la Unión Europea. Fruto de ello es que, pasear por Sevilla resulta cada vez más incómodo debido al intrusismo y desidia gubernamental, que hace actuar a sus anchas ante una práctica impunidad de la justicia....De aquel señor con barbita y calvo que pedía limosna en la Iglesia céntrica del Santo Angel, y que inclusive salió en un espacio televisivo, hoy esta inundado de hordas de mujeres y chicas rumanas menores de edad. Si andamos un poquito más se verán por Tetuan, Sierpes, Plaza del Duque, Encarnación....Dicha invasión se hace cada vez más insostenible. Ya se llega a la conclusión de que no resulta tan placentera la idea de tomarse una copa en una terraza de un bar de Triana, La Alameda, La Campana, La Alfalfa..... Pues te abordan cada minuto, tanto nacionales como extranjeros al ofrecerte simplemente nada, a cambio de que le des una moneda o un cigarro. En una ciudad como la nuestra, cuya principal fuente de ingresos proviene del sector servicios, no se puede permitir tal abuso. Eso,sin dejar en el tintero el tema de aparcar coches, porque si te niegas a darles una moneda, te expones a que tu vehículo, como me pasó una noche en Reyes Católicos ante un gorrilla rumano, quede parcialmente dañado. Curiosamente, a pesar de la lementable crisis económica-laboral que atraviesa nuestro país, uno observa que muchos de estos gorrillas provienen de países del Este mayoritariamente. En fín...Uno llega a la conclusión de que al estrato político neoliberalista que nos gobierna le da igual, y por ende, les resulta totalmente indiferente el ciudadano.

miércoles, 21 de agosto de 2013

LA CIUDAD DE LOS MENDIGOS: UN ENSAYO ( I )

El problema de la mendicidad en el centro de la ciudad es un asunto que no podemos obviar. Hace unos meses, el Diario de Sevilla se hacía eco de esta tribulación mediante un completísimo artículo de Fernando Pérez Ávila, en el que se plasmaba una parte de la realidad cotidiana que se vive por las calles céntricas hispalenses desde hace algunos años. El dossier no tiene desperdicio alguno, por lo que a continuación colgamos el enlace que recomendamos lean:


Pero en algunas décadas cercanas no era así. Suponemos que a mediados de 1970 dejó de prohibirse la mendicidad. Por aquel entonces, y desde la posguerra, Sevilla, al igual que el resto de las grandes ciudades españolas, contaba con bolsas de pobreza, generadas en muchos casos gracias a la expulsión de muchísimas familias obreras que en un principio residían en parte del casco antiguo y que tuvieron que establecerse en núcleos chavolistas y en barriadas periféricas recién creadas. Eso no quiere decir que muchas personas no conservaran sus viviendas de alquileres baratos o de protección oficial ( donde fueron ubicadas hasta parte de los 70 ). Estos dos últimos grupos eran, fundamentalmente, de clase obrera.

Lo cierto, es que, durante aquellos años ( incluyendo los 80 ), el centro de la ciudad ofrecía un panorama tranquilo en lo referente a la mendicidad. Raro era encontrarse a gente pidiendo y acosando constantemente. Personajes populares, autóctonos, podían verse en lugares céntricos: María "la tonta", Vicente "el del canasto", "Joseliqui", "el loco" Amaro, "el tío del látigo".... que iban y venían. También estaban los entonces conocidos como los "guardacoches", a quienes no había "limosna" e "impuesto" obligado que dar. Uno vivía por Triana, cerca del puente; otro, quizá por la calle San Luis; otro por Feria, Alameda, Relator, Navarros, Santa Ana, en fin....alquileres baratos en casas, corrales, pisos de vecinos, viejos, viviendas unas inexistentes actualmente, otras restauradas pero, o bien vendidas a nuevos propietarios, o bien arrendadas a precio casi de oro. Pero, ¿ qué pasó con ellos ?

Obviamente, aquellos personajes fueron engullidos por nuestros tiempos. Sus sustitutos, en su mayoría, ya no se identifican con la ciudad; es más, cada día que uno sale, no es difícil ver a "recién llegados" apostándose en una acera, banco, parque, escalera, o vaya usted a saber. A cada momento del día, ristras reconocibles de individuos se dirigen hacia la Campana, Magdalena, Duque, Catedral, Plaza Nueva, Sierpes, Tetuán....y, entre ellos, los gorrillas. Alguna vez también aparece algún esquizofrénico pegando voces y dandote el susto: pero no pasa nada, la sociedad debe ser tolerante, que estén tiraos en la calle, que esa es la mejor cura.

Sentarse en un velador a tomarse algo o fumar, se convierte en misión imposible para la tranquilidad, siquiera para la de un trabajador, parado o jubilado. 

Según el artículo del Diario de Sevilla, parece que últimamente algunos ya se aventuran a delinquir y quizá todavía no sepan lo barato que puede ser. Nos hallamos ante una situación real que, por supuesto, al político de turno no le afecta, porque éste no suele vivir la calle de forma cotidiana y porque sabe que establecer un programa de reinserción en condiciones llevaría gastos y gastos, años y años, y, claro, al final como no sabrían si volverían a ser reelegidos....Eso sí, cuando llegan las fiestas mayores, casi misteriosamente, las calles se ven "impolutas". Por eso y muchísimas cosas más, yo desde luego, no les voy a votar, que les voten ( más quien quiera, por supuesto) los descamisados de las barbas y los piojos de cartones de vino tinto que ustedes han creado y mantenido aprovechandose de la caridad de los demás.

miércoles, 31 de julio de 2013

EL CAMPO DE FÚTBOL SALESIANO DE TRIANA

Nuestra serie sobre los campos o clubes de fútbol sevillanos desaparecidos no puede sostenerse sin que falte Triana como escenario histórico dentro del balompié hispalense. A orillas del Betis trianero, la cantera local tuvo mucho que decir en aquellos primeros años en que jugar al balón en un descampado, plaza o calle; era casi lo que había, porque si la tierra trianera respiraba fútbol, también estuvo necesitada de suficiente espacio donde pudiera practicarse. A ello, no fueron ajenos los Padres Salesianos, quienes durante décadas ofrecieron un soporte en el que muchos deportistas de Triana y Sevilla, nacieron, florecieron y murieron jugando a la pelota.

La construcción de las Escuelas Salesianas de Triana comenzó en marzo de 1926, cuando el Rector de la Congregación Salesiana, Felipe Rinaldi, colocó la piedra de inicio sobre lo que fue la antigua huerta de San Joaquín y finca de la Viuda de Servando Servón, frente al campo de Orozús. La aportación económica de los Condes de Bustillo, se antojó fundamental para la construcción de la obra, bajo planos de Antonio Gómez Millán. La parte occidental del recinto desembocaba y sigue desembocando en la vieja calle Juan Cotarelo ( Hoy Condes de Bustillo ), mientras que la oriental comunica con Sánchez Arjona, y la sur con Evangelista. Abajo, vista cenital de la ubicación en la actualidad:


La inaguración se produjo el 1 de octubre de 1935, siendo el edificio bendecido por el Cardenal Ilundáin, aunque hasta 1944 no quedó del todo finalizado, puesto que las necesidades espaciales fueron aumentando en la postguerra.

La fotografía que se ofrece a continuación, cortesía de los Salesianos, podría pertenecer perfectamente a los años 30, ya que aún no existía el campo de deportes. A la izquierda, las vías del tranvía de Condes de Bustillo:


Aunque ya en 1930 se jugaba en un Campo situado en Pagés del Corro, las primeras noticias que nos llegan sobre el campo de fútbol de los Salesianos es en el Campeonato de 3ª Categoría, al jugarse un partido entre equipos trianeros.

Sin embargo, no fue hasta 1941 cuando Sánchez Pizjuán, Presidente del Sevilla FC llegó a un convenio para utilizar las instalaciones; y al parecer, el campo de fútbol sufrió una remodelación ( Correo de Andalucía, 17-05-42 ) que sirvió para que allí dispusiera su sede deportiva el Triana C.F., una nueva entidad fundada por Rafael Gómez de Celis y Mateos, que de esta forma, comenzando en la Primera Regional, sustituiría de alguna forma al histórico club del mismo nombre que se había fundado en 1917. En Los Salesianos, el Triana vivió una etapa histórica, ya que ascendió hasta la Primera Regional, cerca de la Tercera División, entre las 47-48 y 48-49. Para la Historia queda la victoria trianera, nada más y nada menos, que ante el Xerez Club Deportivo, por 2 a 1. Abajo, imagen del equipo en 1947 que jugó en el Subcomité ante el CD Alcalá:

Tiempos gloriosos para aquel Triana CF que a principios de los 50 dejaría de aparecer en las crónicas, presumiéndose su desaparición o total inactividad. Sin embargo, otro equipo de vida efímera, aunque fuera por un año, ocuparía el Campo de los Salesianos: el CD Ademar.
A partir de 1963 el terreno de fútbol que nos ocupa, pasó a ser un gran protagonista del balompié sevillano, pues el Real Betis Balompié concertó con la entidad salesiana un acuerdo para que sus escalafones inferiores utilizaran las instalaciones. El campo recibió una remodelación profunda de cara al nuevo proyecto, tal y como lo anunciaba la prensa de entonces:


Algunas de las reformas anunciadas, tales como el excesivo aumento del aforo de la instalación, no se llevarían a cabo. El Betis, fiel a su irregular Historia, no culminaría aquel proyecto y el Triana Balompié, en poco tiempo, pasó a jugar en el Villamarín.

Joaquín Arbide, en su libro "Sevilla en la retina", nos enseña una imagen inédita, cortesía del fotógrafo Enrique Núñez Díaz del campo de los Salesianos. La entrada era por la calle Constancia:
Representantes genuinos de la cantera del Real Betis Balompié en los años sesenta, vistiendo la camiseta de uno de los equipos del Triana Balompié. En el centro, Antón, junto a Telechía, quienes destacarían con luz propia en el primer equipo blanquiverde. Imagen cedida por Francisco Labrada Telechía:
El Campo de los Salesianos pasó a ser un fijo en distintas categorías locales e inferiores, a partir de los años 70, llegando a disputar en él equipos trianeros como el COLSPE ( Colegio San Pedro ), el nuevo Triana CF ( primero Guadalquivir desde 1968 y luego Bodega Hijón ), CD San Gonzalo, el Voluntad, el Fabié (desde muchísimos años atrás), Montecarlos, etc. Tampoco habría que olvidar a la histórica Balompédica Trianera de los años 40-50 y a la antiquísima Gimnástica de Triana.

Abajo, una formación de categorías inferiores del COLSPE, cuando corrían otros años. Una entidad que dio muchos frutos a la cantera sevillana balompédica. Fundado a mediados de los 60, el Colegio San Pedro llegó a ofrecer jugadores de la talla de Quino, Vicente Parra, Selu, el portero Hierro, etc.
Panorámica aérea del recinto deportivo junto a las Escuelas, en 1982. Por aquellas fechas aún se celebraban trofeos muy conocidos como el Condes de Bustillo y el Esperanza de Triana, para distintas categorías, al igual que un popular trofeo de fútbol sala.

Las nuevas pistas polideportivas sobre el campo de fútbol acabaron con el deporte rey en los Salesianos. Se coincide con la creación de los nuevos campos del Charco de la Pava, sin embargo bien es sabido, por una circunstancia u otra, la escasa importancia que existe en esta ciudad cara a la conservación de algunos aspectos tradicionales / cotidianos, como pueden ser los espacios dedicados al balompié. El Charco vive tiempos propicios para el rodaje del balón, lástima que a expensas de decisiones consistoriales. Quizá estos terrenos sigan durando muchos años y sus gradas envejezcan con el tiempo, igual que las tapias de los Salesianos.