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martes, 9 de diciembre de 2014

MISCELÁNEA COMERCIAL DE OTROS TIEMPOS ( 2 )



En este capítulo continuaremos enumerando más establecimientos desaparecidos, muy al hilo de la serie que iniciamos a finales de octubre pasado: San Eloy, Baños y Zaragoza serán las calles que protagonizarán este espacio que, como siempre, procura marcar su pauta original acorde a la idea de contrastar esos cambios surgidos principalmente a partir de la década de los 90, en parte debido a ese proceso denominado globalización que a paso silencioso finalizó, entre la tecnología y las nuevas necesidades económicas, con estéticas permanentes y tradicionales.

CALLE SAN ELOY: BODEGA  SANLÚCAR

Mencionar la calle San Eloy es hablar de tiendas, de trasiego y animación, mas una historia antiquísima que se remonta a finales del siglo XV. Pero si esta calle es ilustre y añeja, también lo fue la Bodega Sanlúcar que, fundada allí, en 1932 por Salvador González Sánchez, existió en el número 5, concretamente en el tramo y el lugar que hoy en día está la tienda de regalos Tiger. Nada que ver ahora con aquellos treinta, cuarenta, cincuenta....o si me apuran incluso hasta los 70 u 80, décadas estas últimas que conocieron en San Eloy aquel Bar Arsenio, La Casa de los Jamones, los Electrodomésticos Reyna, las Confecciones San Eloy, o aquella vieja tienda de discos de segunda mano de Juan Azagra que abrió allá por 1983 y luego pasó a Amor de Dios....

Manzanilla Fina, Madura, Pasada, Vinos procedentes de la Bodega de Herederos de Barón, de Sanlúcar de Barrameda...

La taberna Sanlúcar pasó a mejor vida ya entrados los 80, en tiempos de Francisco del Pozo como propietario del negocio, pues el local era de alquiler y se traspasó, quedando para la retina del recuerdo aquellos bocoyes de madera y las viejas carteleras taurinas colgadas en la pared. A la izquierda, puerta de la bodega, a principios de los 80; un transeúnte camina por aquel San Eloy de los días puntuales, alternando bullicia con sosiego, en una Sevilla, a la que desde hace años, los gobernantes se desentendieron de adecuarla a ese monstruo llamado globalización que cada vez acapara menos lugares para la tranquilidad.


SELECCIÓN TRAMO DE LA CALLE BAÑOS, DESDE LA INTERSECCIÓN DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS / ANTOLÍNEZ HASTA LA PLAZA DE LA GAVIDIA: ESTANCO / ULTRAMARINOS  EL CARMEN  y DROGUERÍA-PERFUMERÍA

Este establecimiento se encontraba en el número 6 de la calle Baños. Según hemos averiguado, en 1866 el edificio debió sufrir alguna reforma, pues su antiguedad es mucha. También desconocemos la fecha de fundación del comercio, ya que en 1930 fue adquirido por el padre de Encarnación Cruz Moreno, sólo que antes, además, se conjugaba la alimentación con un bar; más adelante se incorporó el estanco. Se sabe que la época del racionamiento en la Postguerra, esta tienda repartió alimentos junto a otras de la ciudad a través de la Delegación de Abastecimientos y Transportes.

El local poseía una planta rectangular de 15 x 9 y se distribuía en un espacio para la venta y otro de almacén. Hacía esquina también con Martínez Montañés. Se recuerda un mobiliario de estanterías pintadas. La parte dedicada al estanco era pequeña; allí también se expendían quinielas y era habitual el agolpamiento de clientes en aquel sitio.

Recordamos El Carmen hasta el principio de los 90, para que, tras su cierre, se establecieran diversos comercios que tuvieron corta vida. Desde hace pocos años existe allí una tienda de productos dietéticos.

Esta tienda de ultramarinos se hallaba en el tramo que, tras pasar el cruce de Martínez Montañés / Antolínez, enfila dirección a la Plaza de la Gavidia. Lugar éste muy castigado por el tráfico debido a las cercanías de El Corte Inglés, pero también muy de comercios, recordándo en los 80 lugares como la mecanografía Rodinog, la Ferretería de José y sus hermanos, el Bar Camborio, la Peluquería Eladio ( que aún continúa ), o La Cabaña ( la semillería de Diego ), que estaba casi en la esquina de Martínez Montañés, lindando con Eladio. A la izquierda, El Camborio y la Ferretería, que aparecen en la imagen de la acera que vemos a la derecha de la calle. En el mismo camino, justo antes de llegar a la Frutería Faustino, no hará muchos años que desapareció una vieja droguería - perfumería, que permaneció en el número 5 de esta calle ( en principio fue en el 3 ) desde un pretérito desconocido, pero que en 1948 fue adquirida por la familia que llevó el negocio:

Su interior constaba de dos zonas: una dedicada a las ventas, de planta cuadrada y dimensiones de 4 x 4; mas un almacén interior. El mobiliario era principalmente de madera pintada en verde, al igual que el mostrador. En la imagen vemos una báscula de frutas cuyo modelo pudo ser de una gama al estilo Mobba, Ariso, Regio, Gallegos, Algariños o Cely.  El exterior, también barnizado en verde oscuro, muy clásico de las antiguas droguerías. Como propietaria, recordamos a Ana Triane Malaver, sin embargo algunos vecinos del barrio mencionan a otras mujeres tras el mostrador, que tal vez pudieron ser otros co-propietarios y/o familiares.

Como se dijo al principio, este comercio tradicional pasó a mejor vida hace relativamente pocos años, siendo sustituido por una tienda de violines.

CALLE ZARAGOZA: ANTIGUA LIBRERÍA FULMEN

Permaneció en la Calle Zaragoza número 36. Fundada por la estadista y luchadora de los derechos de la mujer, María González Pérez. Sobre una primera ubicación, encontramos informaciones con su habitual denominación  en el número 3 de calle Cuesta del Rosario, en 1970, concretamente en un sótano. Llevada conjuntamente con María Luisa Ferre Tejera. De allí pasaron a Zaragoza, que es el lugar que nos ocupa.

María Fulmen mantuvo la librería de temática, como decimos, principalmente femenina, hasta su fallecimiento. El establecimiento utilizaba una antigua casa-patio sevillana, la cual fue respetada en su integridad y enriquecida con un rótulo de madera muy al estilo tradicional, encardinadose con la fachada.

La herencia de María, la Fundación Fulmen, continúa su labor, pero pese a todo, aquel exterior que veíamos cuando pasábamos, desapareció a nuestra vista.

PD:  Como director del blog, me congratulo por la regularidad que recibimos de visitantes diarios, tanto anónimos como conocidos, a quienes saludo. Entre estos últimos, aprovecho para dirigirme a Félix Avendaño, David Martínez, Juan Carlos Martín, Ricardo Losada y, en última instancia, a Antonio De la Rosa "Dela", a quien me alegró una enormidad habérmelo encontrado en la calle tras una desconexión de más de veinte años, esperando tener pronto noticias suyas junto al grupo de antiguos alumnos y profesores del desaparecido Colegio Nuevo Liceo, en donde cursé parte de la antigua E.G.B. También un recuerdo muy sentido y especial para José Luis Pulido ( D.E.P.A ), antiguo compañero del mismo colegio y amigo de aquellos partidillos con balón de goma que jugábamos con aquel equipo del San Lorenzo en la Plaza del mismo nombre, en Chapina....