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jueves, 1 de septiembre de 2011

ARTÍCULO SOBRE EL CINE CANDELARIA

El recuerdo de los cines desaparecidos aún permanece latente en muchos sevillanos. Prueba de ello, es el precioso artículo que nos ha dedicado nuestro seguidor José Carlos Ortega Santiago, y que bajo estas líneas podemos leer. La sala Candelaria, según las fuentes revisadas, inició su vida en el verano de 1957. Situado en la zona de Juan XXIII, Amate, aquella terraza de verano fue durante muchos años junto al también desaparecido cine de invierno Maite, o el mismo Capitolio, una de las salas de proyecciones más hermosas de Sevilla.


"Hace treinta y cuatro años, concretamente el 28 de agosto de 1977 cerró para siempre sus puertas el Cine Candelaria, uno de los más grandes y hermosos cines de verano que han existido en Sevilla.
Se encontraba ocupando una pequeña parte de lo que en la actualidad es el Parque Amate, cerca del canódromo, también desaparecido.
El Cine Candelaria contaba con la competencia de otros dos cines estivales: el Acapulco Bahía y el Capitolio.

Era conocido popularmente como La Nevera (por ser muy fresquito) y La Mina (con un aforo de 4.000 sillas cuando se llenaba, por lo que era como para hacerse rico) .

Mis mejores recuerdos infantiles siempre irán ligados al Cine Candelaria y a las tapas de ensaladilla con gambas y alguna precoz cerveza que tomaba en los cercanos Hermanos Gómez; porque mi padre trabajó durante algunos años de portero en aquel cine, tanto en Preferencia como en General, llevando como compañera de fatigas a su inseparable sahariana, tan típica en la época.

Era un cine precioso, con fama en toda Sevilla y una programación muy cuidada y realizada por Antonio Vázquez, que también hacía de operador. Vázquez fue un amigo de mi familia, por lo que nos regalaba muchas carteleras. Sin embargo, el dueño era D. Francisco, un hombre mayor; mientras que recuerdo también a Felipe (el otro portero junto a mi padre).

Por su pantalla pasaron las mejores películas del Hollywood clásico, como Con él llegó el escándalo, 55 días en Pekín, La gran evasión y otras muchas. También las llamadas de chinos, que se pusieron muy de moda a principios de los 70, como El luchador manco o Furia del tigre amarillo. Y qué decir de los filmes del spaghetti-wester en tono humorístico, con la irrupción de la pareja Terence Hill-Bud Spencer, dando mamporros a diestro y siniestro.

El Cine Candelaria es un fiel exponente de una forma de vida que por desgracia ha desaparecido. Me da mucha pena que los niños de hoy en día no tengan la suerte de disfrutar de una película bajo las estrellas en un cine estival clásico, degustando su selecta nevería.

Tras cerrar el Candelaria, mi padre siguió trabajando de portero en el San Pablo Cinema, Terraza Florida, y, por último, en el Terraza Alcosa.

Hoy en día existen cines de verano, pero no son de corte tradicional: unos están en los distritos, aunque yo suelo ir a los Cines de la Diputación y del CICUS, pero obviamente no es lo mismo que antaño.

Tras finalizar estas breves líneas, animo a que los lectores que aún alberguen recuerdos de aquellos años, los redacten en lo posible y nos los comenten. Unos recuerdos inolvidables como los que pasé, el único paraíso del que nunca podremos ser expulsados".

José Carlos Ortega.