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miércoles, 31 de julio de 2013

EL CAMPO DE FÚTBOL SALESIANO DE TRIANA

Nuestra serie sobre los campos o clubes de fútbol sevillanos desaparecidos no puede sostenerse sin que falte Triana como escenario histórico dentro del balompié hispalense. A orillas del Betis trianero, la cantera local tuvo mucho que decir en aquellos primeros años en que jugar al balón en un descampado, plaza o calle; era casi lo que había, porque si la tierra trianera respiraba fútbol, también estuvo necesitada de suficiente espacio donde pudiera practicarse. A ello, no fueron ajenos los Padres Salesianos, quienes durante décadas ofrecieron un soporte en el que muchos deportistas de Triana y Sevilla, nacieron, florecieron y murieron jugando a la pelota.

La construcción de las Escuelas Salesianas de Triana comenzó en marzo de 1926, cuando el Rector de la Congregación Salesiana, Felipe Rinaldi, colocó la piedra de inicio sobre lo que fue la antigua huerta de San Joaquín y finca de la Viuda de Servando Servón, frente al campo de Orozús. La aportación económica de los Condes de Bustillo, se antojó fundamental para la construcción de la obra, bajo planos de Antonio Gómez Millán. La parte occidental del recinto desembocaba y sigue desembocando en la vieja calle Juan Cotarelo ( Hoy Condes de Bustillo ), mientras que la oriental comunica con Sánchez Arjona, y la sur con Evangelista. Abajo, vista cenital de la ubicación en la actualidad:


La inaguración se produjo el 1 de octubre de 1935, siendo el edificio bendecido por el Cardenal Ilundáin, aunque hasta 1944 no quedó del todo finalizado, puesto que las necesidades espaciales fueron aumentando en la postguerra.

La fotografía que se ofrece a continuación, cortesía de los Salesianos, podría pertenecer perfectamente a los años 30, ya que aún no existía el campo de deportes. A la izquierda, las vías del tranvía de Condes de Bustillo:


Aunque ya en 1930 se jugaba en un Campo situado en Pagés del Corro, las primeras noticias que nos llegan sobre el campo de fútbol de los Salesianos es en el Campeonato de 3ª Categoría, al jugarse un partido entre equipos trianeros.

Sin embargo, no fue hasta 1941 cuando Sánchez Pizjuán, Presidente del Sevilla FC llegó a un convenio para utilizar las instalaciones; y al parecer, el campo de fútbol sufrió una remodelación ( Correo de Andalucía, 17-05-42 ) que sirvió para que allí dispusiera su sede deportiva el Triana C.F., una nueva entidad fundada por Rafael Gómez de Celis y Mateos, que de esta forma, comenzando en la Primera Regional, sustituiría de alguna forma al histórico club del mismo nombre que se había fundado en 1917. En Los Salesianos, el Triana vivió una etapa histórica, ya que ascendió hasta la Primera Regional, cerca de la Tercera División, entre las 47-48 y 48-49. Para la Historia queda la victoria trianera, nada más y nada menos, que ante el Xerez Club Deportivo, por 2 a 1. Abajo, imagen del equipo en 1947 que jugó en el Subcomité ante el CD Alcalá:

Tiempos gloriosos para aquel Triana CF que a principios de los 50 dejaría de aparecer en las crónicas, presumiéndose su desaparición o total inactividad. Sin embargo, otro equipo de vida efímera, aunque fuera por un año, ocuparía el Campo de los Salesianos: el CD Ademar.
A partir de 1963 el terreno de fútbol que nos ocupa, pasó a ser un gran protagonista del balompié sevillano, pues el Real Betis Balompié concertó con la entidad salesiana un acuerdo para que sus escalafones inferiores utilizaran las instalaciones. El campo recibió una remodelación profunda de cara al nuevo proyecto, tal y como lo anunciaba la prensa de entonces:


Algunas de las reformas anunciadas, tales como el excesivo aumento del aforo de la instalación, no se llevarían a cabo. El Betis, fiel a su irregular Historia, no culminaría aquel proyecto y el Triana Balompié, en poco tiempo, pasó a jugar en el Villamarín.

Joaquín Arbide, en su libro "Sevilla en la retina", nos enseña una imagen inédita, cortesía del fotógrafo Enrique Núñez Díaz del campo de los Salesianos. La entrada era por la calle Constancia:
Representantes genuinos de la cantera del Real Betis Balompié en los años sesenta, vistiendo la camiseta de uno de los equipos del Triana Balompié. En el centro, Antón, junto a Telechía, quienes destacarían con luz propia en el primer equipo blanquiverde. Imagen cedida por Francisco Labrada Telechía:
El Campo de los Salesianos pasó a ser un fijo en distintas categorías locales e inferiores, a partir de los años 70, llegando a disputar en él equipos trianeros como el COLSPE ( Colegio San Pedro ), el nuevo Triana CF ( primero Guadalquivir desde 1968 y luego Bodega Hijón ), CD San Gonzalo, el Voluntad, el Fabié (desde muchísimos años atrás), Montecarlos, etc. Tampoco habría que olvidar a la histórica Balompédica Trianera de los años 40-50 y a la antiquísima Gimnástica de Triana.

Abajo, una formación de categorías inferiores del COLSPE, cuando corrían otros años. Una entidad que dio muchos frutos a la cantera sevillana balompédica. Fundado a mediados de los 60, el Colegio San Pedro llegó a ofrecer jugadores de la talla de Quino, Vicente Parra, Selu, el portero Hierro, etc.
Panorámica aérea del recinto deportivo junto a las Escuelas, en 1982. Por aquellas fechas aún se celebraban trofeos muy conocidos como el Condes de Bustillo y el Esperanza de Triana, para distintas categorías, al igual que un popular trofeo de fútbol sala.

Las nuevas pistas polideportivas sobre el campo de fútbol acabaron con el deporte rey en los Salesianos. Se coincide con la creación de los nuevos campos del Charco de la Pava, sin embargo bien es sabido, por una circunstancia u otra, la escasa importancia que existe en esta ciudad cara a la conservación de algunos aspectos tradicionales / cotidianos, como pueden ser los espacios dedicados al balompié. El Charco vive tiempos propicios para el rodaje del balón, lástima que a expensas de decisiones consistoriales. Quizá estos terrenos sigan durando muchos años y sus gradas envejezcan con el tiempo, igual que las tapias de los Salesianos. 

lunes, 29 de julio de 2013

BUZÓN DE PREGUNTAS Y SUGERENCIAS JULIO 2013

Atendiendo a las inquietudes de los lectores, a continuación exponemos el buzón de preguntas y sugerencias del correspondiente mes de julio. Como pueden ver, hay cierta variedad de temas, a los que procuramos responder:

- El carro de la farsa:  Me ha parecido muy interesante su reportaje sobre el cine Apolo. Gracias por atender a mi petición. Todavía faltan bastantes cines de Sevilla, pero por lo visto esta ha sido la unica pagina web que ha dedicado a describir aquellos cines de invierno y verano. Muy buen trabajo.

SD: Gracias por sus palabras. Como puede ver nos movemos y bien. Aunque como he mencionado en otras ocasiones, es muy difícil conseguir material, por lo que vamos despacio, como pasó, por ejemplo, con el Cine Apolo. Ya le digo, nosotros no pretendemos acapararlo todo, somos de modestos principios, pero sobre los cines, de una manera extensa y profusa, creemos ser pioneros al respecto, porque vimos un espacio donde reinaba el vacío, ocupándolo.

- Albertucho zapatilla:  Hay que reconocer que muchas de sus fotografías e informaciones son originales y nada fáciles de encontrar. ¿ Dónde está la fórmula, Rafael ? Gracias.

SD: Querido lector, la fórmula no es como la de la Coca Cola, sino que es algo que está al alcance de cualquiera; simplemente hay que tener constancia y un poco de tiempo. Depende, ya te digo, de lo que pretendas buscar o hacer. Lo que sí te aseguro, es que nosotros no tenemos ni nombre, ni familia, ni padrino, por lo que el testimonio y las aportaciones de particulares reconocemos no son nuestro fuerte; preferimos decir la verdad al respecto y esto es lo que hay. Se trata de aportar y también aprender todo lo posible.

- Sevillaneando:  Siento no ser menos escueto, pero ¿ Para cuando algo sobre Triana ? Saludos y felicidades por sus publicaciones.

SD: Sevilla no se entiende sin Triana y viceversa. Como entenderá, el tema de Triana está muy, pero que muy trabajado; incluso repetido una y otra vez, tanto en publicaciones como en webs. Pero, al igual que le comenté el mes pasado a otro lector que no olvidamos la Semana Santa, lo mismo hacemos con Triana. A ver, como publicar se puede publicar cualquier cosa, pero como es sabido preferimos ir poco a poco, buscando nuevos asuntos que pueden resultar interesantes, puliendolos y componiendo el mayor número de detalles. Eso nos pasa con Triana: sacar algo, o bien como primicia, o bien sobre lo que apenas se haya escrito antes. No por mucho madrugar más temprano amanece. No descuidar la página no significa exponer todas las semanas. A veces hay cosas por las que merece la pena esperar un poco, y tenga seguro que queda muy poquito que aguardar para ver una nueva opción que espero alcance las expectativas y no defraude.

Tras estos comentarios sobre las preguntas y sugerencias de julio, seguimos esperando vuestras demandas que serán publicadas en el próximo agosto. Saludos y felices vacaciones.




martes, 16 de julio de 2013

EL CINE VILLASIS

De no muy larga, pudo catalogarse la existencia del Cine Villasís, una sala situada en pleno corazón de Sevilla y de las con más Historia de la Ciudad. "Villasis", proviene de la figura de Don Pedro Villacis, Tesorero y Receptor de la Inquisición de España y Canarias, en tiempos de los Reyes Católicos, que adquirió unas casas en la entonces denominada calle de la Plata ( parte de Martín Villa ); instalándose la casa-palacio de los condes de Peñaflor ( familia de los Villasís, de ahí el nombre de la plaza ). Olavide, designa en su plano el lugar como Cocheras de Pineda, hasta que en el de Sartorius de 1848 ya se le nombra como hoy se conoce. Posiblemente, ambos nombres llegaron a coexistir.

Las demoliciones en las décadas de los años 10-20, otorgaron a la zona una mayor amplitud, avanzando hacia la actual configuración de la plaza. En 1905, sobre el viejo edificio de la casa-palacio de los Villasís, en el corazón de la plaza, se estableció hasta 1950, el Colegio del Inmaculado Corazón de María de la Compañía de Jesús. En 1958, El Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla lo adquirió, para, en 1966, construirse en él el Cine Villasís; al igual que también se elevó el Hotel Luz Sevilla.


La empresa de Eugenio Sánchez-Ramade (1928-2005), sevillano, significó un impulso para la industria cinematográfica, poseyendo numerosas salas teatrales y de cine, en  Madrid, Linares, Málaga, Huelva, Córdoba o Badajoz, siendo propietaria en Sevilla del antiguo Cine Los Remedios y del Villasís. También creó la empresa de electrodomésticos Urende. En la actualidad, sobrevive el Grupo de Empresas Sánchez-Ramade, gestionada por sus hijos.


Con un aforo de 797 butacas, repartidas entre 518 de principal y 279 de entresuelo, el Villasís proyectó preeminentemente cintas de estreno. Su singularidad estructural visto desde el exterior, contrastaba con el clasicismo de la mayoría de los edificios del entorno:

En el año 1977, el Cine Villasís fue demolido, construyendose el consabido edificio del Monte de Piedad. Sobre las diferentes reformas y utilidades del lugar no nos corresponde hablar; nosotros nos quedamos con el recuerdo, para unos de la infancia, para otros de su juventud o madurez, de que en aquel lugar existió un cine, que tuvo su momento, coincidiendo con la hornada de los Apolo, Regina o Florida, en aquellos 60 y parte de los 70 de nuestra ciudad: domingos de calles adyacentes y esquinas vacías, de televisores en casas, de carteleras de cine....

Como información complementaria acerca del otro cine de Sánche-Ramade, recomendamos pinchen este enlace:

http://www.sevilladesaparecida.com/2011/08/los-remedios-el-cine-de-benito.html 

lunes, 8 de julio de 2013

EL CINE FLORIDA DE MENÉNDEZ PELAYO

Uno de los lugares que más me han atraido para pasear en Sevilla, es el largo hilo en que están ensartadas las calles Recaredo y Menéndez Pelayo, cuya perspectiva nos puede ofrecer aún cierto sabor de principios / mediados del siglo pasado. Hablar sobre la Historia de este largo trayecto, bien podría ocupar un libro entero, mas no es ese nuestro propósito, puesto que, en cualquier caso, pretendemos centrarnos en el Cine Florida, lugar de recuerdos de la niñez de muchos sevillanos.

Tras el paso por la preciosa fachada del Colegio Santo Tomás de Aquino, o la antigua Escuela Normal de Magisterio, en esa acera, llegas a los Negritos con San Roque a tu izquierda. Pese a la ancha acera, el carril bici pretende decirte que la época que vivimos es mala para el sosiego, pero no le quita a uno el regusto que todavía impregna el sitio. Pasando el Pasaje de Zamora.....


Fue hace muchos años, allá por los veinte, donde hubo un viejo cine Florida que, gestionado por la empresa de Manuel Berlanga Puerto, que fue luego, durante la posguerra, una de las salas más importantes de la ciudad, sobresaliendo la cartelera de estrenos y posteriormente reestrenos. Ante la masiva afluencia de público -algo normal en los cines de entonces-, el Florida fue sometido a una reforma, en 1941, que incluyó entre otras novedades 900 sillas realizadas y tapizadas en el taller que el propietario poseía en la Plaza de Menjíbar.


El Florida debió ser una empresa exitosa, puesto que en 1945, el monopolio Jiménez Trujillo, que también explotaba el Pathé y el Bécquer, adquirió el cine , eso sí, derribando el anterior. Tuvo que ser el arquitecto de la Estación de Autobuses del Prado, Rodrigo Medina Benjumea, quien se encargara de la nueva reforma.  El 18 de noviembre de aquel año 45, reabrió el nuevo cine con una proyección distribuida por Cifesa:


En aquella época se alternaba el culto tanto al celuloide del Star System de Holywood como al cine nacional, destacando en esta última escena, actores y actrices como Rubén Rojo, Jorge Mistral, Alfredo Mayo, Aurora Bautista....al igual que protagonistas de nuestro folkore, como Lola Flores, Antonio Molina o Juanita Reina.


Otra nueva reforma sufriría el Florida, allá por 1965, que dejó al cine con 768 butacas y una maravillosa vista exterior, en la que, para publicitar cada película, se colocaba la hermosa cartelería dibujada por el muralista Antonio Hidalgo, quien por aquellas fechas poseía su taller en una carpintería situada en los bajos de aquella sala, antes de establecerse en Espinosa y Cárcel. Cuando era un niño, siempre me impresionaron y fascinaron aquellos paneles de enormes carteles; eran, al fin y al cabo, porciones de aquel mundo del Cine que se perdieron en algún lugar de la dejadez, frialdad e interés de los políticos de turno. 

El hecho de que a principios de los 80 el Florida se convirtiera en Multicines de tres salas, fue el preludio de que las cosas no marchaban bien, hasta que se dio el carpetazo definitivo allá por el 95 o el 96. Hoy en día, al pasar por donde estaba el cine, vemos un lugar abandonado, que tras haber cerrado el Florida pasó a ser espacio de al menos un par de negocios, tal vez fracasados, abandonados. Da la sensación como que allí falta algo que estuvo antes:


De todas formas, queremos cerrar esta entrada con lo bonito, intentando plasmar para el recuerdo, aquello que fue obra de arte para el transeunte, que es la imagen que desde pequeño me quedó para siempre; algo, repetimos, que no se debió jamás, jamás, perder....




jueves, 4 de julio de 2013

CINES DE VERANO EN 1982, A VISTA DE PÁJARO ( IV )

CINE SINAÍ: Cine estival establecido en la calle de su mismo nombre, enclavado en la antigua Huerta de Santa Teresa, más allá de las antiguas fábricas - " y de un almacén de suministros eléctricos, donde actualmente está ubicada la Residencia de Ancianos Adorea. Detrás de dicho almacén existía una vaquería" - según nos ha respondido la web vivensevilla.com. Permaneció activo desde 1977 hasta 1983. En aquel entonces cada sala solía acoger el público de la barriada donde se encontraba, así como de los barrios limítrofes. Sus propietarios, los hermanos Herrador, dueños también de lugares como el Cruz Rosa, Begoña o Montecarlo, cerraron al no cumplir las condiciones impuestas entonces por el Ayuntamiento para solares municipales, que consistían en fuertes inversiones que ascendían en los 80 a unos diez millones de pesetas de entonces por cada sala. Los sucesivos consistorios no valoraron adecuadamente la tradición popular del cine de verano.


SANTA CATALINA: Calle Alhóndiga, 27, casco antiguo. Los inicios de la sala con ese nombre nos llevan hacia 1941, cuando menos, en la primera de sus dos etapas, que se cerraría poco antes de llegar a los cincuenta, cuando, por cercanía, recogió su testigo el mítico Cine Almirante, muy cerquita de aquel. Al llegar la década de los sesenta, el empresario Carlos Caydaso, que en un principio pensó montar allí un garaje, optó por la erección del Cine aprovechando un patio que pertenecía a tres casas. Era una sala muy bonita, pequeña, de la cual sabemos que en 1968 fue ampliada, llegando a un aforo de 500 personas. Su último verano fue el de 1986. Finalmente, fue considerado como lugar anexo para uso deportivo por el Instituto Velázquez.

PRADO DE SAN SEBASTIÁN Y BENIDORM MULTICINES: Durante los años dorados del cine de nuestra ciudad, el Prado de San Sebastián disfrutó de un cine de verano que comenzó nada menos que en la década de 1940. Se hallaba cerca de la Pasarela, y cuya peculiaridad más llamativa era la colocación de botijos con agua debajo de los veladores. A mediados de los sesenta, la sala cerró, para dejar paso al nuevo cine de los hermanos Herrador a partir de 1972. El aforo era de unas mil localidades, con 60 veladores.
Cerquita de aquel cine, habría que mencionar al Benidorm Multicines, perteneciente a la misma empresa del Alameda Multicines y el ABC Park Multicines, ambos expuestos en otras entradas de este blog. Nada menos que poseía 4 salas y una cabida para, aproximadamente, dos mil personas.

Abajo, vista de parte del Prado de San Sebastián, en 1982: 1 y 2, los dos cines; 3, Avenida de Portugal; 4, Pabellón de Portugal.



CINE ALMIRANTE: Si hemos hablado de un cine de igual nombre que éste, que existió por Santa Catalina en tiempos muy pretéritos de las salas de celuloide sevillano, ahora tratamos de esta sala, más moderna en el tiempo, que estuvo en la calle Almirante Topete, por el Tiro de Línea. Tan sólo hemos averiguado los veranos de 1982 y 1983 como registros de actividad cinematográficas de la sala.


Aún restan una o dos entregas de los cines estivales que funcionaron en 1982, momento en que, como mencionamos al principio de estas series, comenzó a comercializarse masivamente el video casero, uno de los grandes enemigos de las salas al aire libre. Poco después, la llegada de los "videos comunitarios" terminarían por acabar definitivamente con algo que todavía algunos consideramos debió ser patrimonio de todos, en este vaivén actual donde parece que la estética de lo que nos rodea, cada vez parece tener menos importancia. En mi opinión, considero que la estética de aquellos locales, es fácilmente reconstruible. Además, para la recuperación de los cines tampoco se trataría buscar ciegamente funcionalidad ni rentabilidad, porque las partidas a fondo perdido han existido en muchas ocasiones. Pero dejemos el hilo filosófico y de la reflexión para seguirlo en los próximos bloques dedicados a aquel verano del 82.