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domingo, 30 de junio de 2013

EL CINE APOLO DE LA CALLE BUSTOS TAVERA

Una de las salas cinematográficas más recónditas que existió en Sevilla fue el cine Apolo. Estuvo situado pasando la entrada de la calle Bustos Tavera, muy próximo al lugar donde se conserva el compás y la iglesia del antiguo convento de Nuestra Señora de la Paz, sitio éste muy conocido, porque desde 1936 tiene allí su sede canónica la Hermandad de la Sagrada Mortaja, que obtuvo como propiedad el edificio en 1967, sólo tres años después de la fundación del cine al que aquí dedicamos el espacio de hoy.

La noche del viernes 10 de octubre de 1964, se procedió a la inauguración del cine Apolo. El local, propiedad de la empresa Prevedoni - quien anteriormente ya era poseedora de los cines Regina y Rex -, fue concebido como una magnífica obra realizada desde 1963 por los arquitectos Jesús y Manuel Gómez Millán. El Párroco de San Román, Crescencio Moreno, bendijo las instalaciones.

La empresa Prevedoni fue una de las principales que invirtieron en la rama de la cinematografía sevillana. Abajo, Roberto, según recoge la prensa, firmando un contrato. Corrían los años setenta.
El Cine Apolo formó parte de la infancia y adolescencia de muchos sevillanos. Recordando aquellas sesiones infantiles de los domingos por la mañana o aquellas solitarias tardes de los domingos sin nadie por la calle Bustos Tavera. Abajo, un lector nos proporciona esta imagen de la cartelera del Apolo en el mercado de Triana, a finales de los años 70:

El aspecto de la fachada del Apolo podría aparentar el figurar como un cine pequeño, sin embargo  su aforo alcanzaba las 1.300 localidades. Un detalle que no debe pasar inadvertido: en lado derecho del vestíbulo, la máquina expendedora de tabacos, muy al estilo de fines de los 60 y principio de los 70.

Durante las décadas de su existencia, el Apolo emitió filmes de muchas clases; tanto estrenos como reestrenos, pero, principalmente dedicado a todos los públicos. Sesión continua, numerada; el olor a ambientador, refrigeración Baviera, el Toblerone....


Junto al Regina, el Apolo subsistió a duras penas durante la segunda mitad de los 80, ofreciendo películas de reestreno y entradas sustancialmente rebajadas a mitad de precio. Ante su cierre, la empresa Pagés intentó convertirlo en un teatro, en 1989, pero de forma infructuosa. No obstante, la Orquesta Filarmónica de Sevilla sí consiguió que la antigua sala de proyecciones fuera su sede durante algunos años.


Todavía la calle Bustos Tavera parece guardar, en contrapunto a la más movida cercana calle Sol, cierto sabor evocador a un tiempo no muy lejano, en el que algunos de nuestros padres y de nosotros fuimos niños y jóvenes, y que portábamos una palabra que ahora parece estar en deshuso: ilusión.




3 comentarios:

  1. Muy lograda la entrada, Rafael, esto parece ya una verdadera enciclopedia de la Sevilla de antaño...Con sus recuerdos.
    Me acuerdo que ví la foto donde se anunciaba el cine Apolo en la "plasa" de Triana, iba con mi madre a comprar, me enseñaba hacerlo "como Dios manda". Nos abasteciamos en el Mercado de la Calle Feria y en el de Triana...

    ¡Cómo añoro aquellos tiempos!

    Un abrazo.

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  2. Según testimonio de un cliente que tengo con 84 años, Paco, el solar sobre el que fue construido el cine Apolo formaba parte del antiguo e inmenso convento de la Paz, porque además tenía fachadas a las calles Gerona y Doña Maria Coronel, y del que aún podemos disfrutar de su iglesia y su compás, en Bustos Tavera. Este convento, fue reutilizado tras la salida de las monjas como corral de vecinos; Paco recuerda que algunas familias habitaban las antiguas celdas, como asimismo que tenia salida a las tres calles, siendo utilizado por los niños de la época (años treinta y cuarenta) para escabullirse por aquellos patios cuando los perseguían los guindillas para arrebatarles las pelotas de trapo con las que jugaban ,que por cierto vendía una vecina de dicho corral y a la que acudían todos los niños de Sevilla por la calidad de su fabricación, manual, por supuesto. Su precio, una peseta. Con anterioridad me había mencionado el tema de las pelotas de trapo, Joaquin, el churrero de la calle Feria. Un saludo, Rafael.

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  3. Información interesantísima la que leemos. El Catastro nos ofrece, por mirar sólo Bustos Tavera, la fecha del número 7 de la calle, anterior al 9, que debería ser el del Cine ( que no figura en el Catastro ), 1950. Ese edificio, tal vez pudo ser de los más antiguos correspondiente a la reedificación de la zona. Por su parte, el número 11, ya pasa a ser de 1970, del Patronato. Investigación complicada, tanto sobre los datos de si "llegó o no a haber otra vivienda", aunque fuera por poco tiempo en el convento, mas, en caso de que existiese, fuese reconocida de alguna manera, junto a los habitantes o moradores del lugar. apasionante, desde luego, que bien podría dar un resultado más completo comprobando el Padrón de aquellos años; cosa que comenzaré próximamente. Muchas gracias por tus palabras y por ese testimonio de Paco. Un saludo, José Luis.

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