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miércoles, 17 de agosto de 2011

La Correduría, hacia la impersonalidad de lo transitorio (2)

Continuando las semblanzas acerca de la calle Correduría (antigua Doctor Letamendi), es obligatorio dedicar un espacio a un célebre y antiguo establecimiento sevillano que se hallaba justamente al principio de aquella vía: Las Siete Puertas. Fundado por el industrial hostelero Agapito Calvo Jiménez, el bar llegó a convertirse en uno de los más populares de la ciudad. Dentro del estigma alamedano, junto a la desaparecida "Casa Morillo", la "Sacristía", la tienda-bar "Los Majarones", del flamenco local, con sabor a la guitarra de "El Chico Melchor", las voces de  Antonia "La Gamba", el "Piripi", el Chocolate", o, por qué no, algún detalle del impresionante Manuel Vallejo. Saetas en sus balcones a la Hiniesta, a la Macarena...A veces, la military police hacía presencia con las porras en la mano para buscar a los descarriados reclutas de la Navy roteña que se encontraban en los reservados de alterne con las niñas de la Alameda.

Abajo vemos un recorte de publicidad sobre los helados que se vendían en Las Siete Puertas en 1944. Un bar retaurante de muchísima categoría. Eran otros tiempos.


Ya en los años 60 y 70, la Alameda quedó circunspecta al ambiente de la prostitución y las noches alegres de los prohibido, Las Siete Puertas figuró como un espacio importante en los tiempos en que "la Gilda" se pavoneaba por la Europa y el Joseliqui deambulaba un lado para otro.

Abajo, barra americana de Las Siete Puertas, una de las primeras de Sevilla. Según decían albergaba una cañera que llegó a tener más de 100 cañas.


A continuación imagen de Las Siete Puertas poco antes de su cierre, que acaeció tras la muerte de su propietario, Agapito Calvo, en 1981. En 1995 el local abrió bajo el nombre del Brujas, muy de ambiente universitario, porros y ambiente en madrugada. De todas formas aquellos tiempos nunca volvieron a ser lo que antes fueron. Más abajo, azulejo que se conservó durante muchísimos años insertado en la parte del local de Conde de Torrejón, en el que se mencionaba la llegada del agua en la riada de 1796.



En el próximo reportaje finalizaremos estos bloques sobre la Calle Correduría y sus desaparecidos establecimientos.






2 comentarios:

  1. Valiosísimo documento histórico, francamente interesante y curioso.

    Gracias por compartirlo.
    Saludos.

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  2. ¡Ah! En esa calle también vivió el famoso gaditano: "El Tío de la Tiza", del que le hice un merecido homenaje en mi blog. (Es el "padre" del popular tanguillo, "Los Duros Antiguos"), y de los Coros Gaditanos.

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